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Desde simplificar la banca, hasta trastornar la industria del diseño, pasando por ayudar a los seres humanos a abandonar los confines de la Tierra, así es como algunas de las empresas emergentes de más de 10,000 millones de dólares han llegado a ser tan grandes.

En 2012, a la edad de 29 años, Zhang Yiming buscó financiamiento para una aplicación de publicación de noticias que no emplearía a ningún periodista y utilizaría inteligencia artificial para impulsar la participación.

El nombre de Yiming deriva de un proverbio sobre sorprender a todos con un primer intento, y cuando los inversores lo rechazaron, escépticos de que pudiera competir con los grandes portales de noticias, hizo honor a los orígenes de su nombre.

Su aplicación Jinri Toutiao -Titulares de hoy- explotó en popularidad en China tras su lanzamiento, hasta el punto de que la empresa de capital riesgo Sequoia Capital, con sede en Estados Unidos, lideró una ronda de financiamiento de 100 millones de dólares en 2014, tras haber rechazado dos años antes a Yiming.

El éxito de la aplicación en parte se basó en la creación de una nueva experiencia para los usuarios que parecía un cruce entre Google y Facebook. «Lo más importante es que no somos una empresa de noticias. Nos parecemos más a un negocio de búsquedas o a una plataforma de redes sociales», dijo Yiming en 2017.


China alberga sólo una quinta parte de los usuarios de Internet de todo el mundo. Si no nos expandimos a escala mundial, perderemos ante nuestros competidores, que aspiran a las cuatro quintas partes. Por eso, globalizarnos es imprescindible”.

– Zhang Yiming


Esta plataforma es propiedad de ByteDance, la empresa de Yiming, y forma parte de una cartera numerosa donde está incluido el fenómeno mundial TikTok. Juntos captan a cientos de millones de usuarios. 

Con una valoración de 140,000 millones de dólares en mayo de 2022, ByteDance es el mayor decacornio del mundo, un término que se refiere a una start-up de propiedad privada con una valoración de más de 10,000 millones de dólares. 

Aunque hay muchos menos decacornios que sus primos más pequeños, los unicornios de 1,000 millones de dólares, el número de estas empresas emergentes gigantescas ha ido en aumento en los últimos años. En el mundo hay 53 operando en sectores que van de la tecnología financiera a los pedidos de comida. 

Pese a que los primeros años de ByteDance supusieron un enorme crecimiento en China, Yiming no se conformó con la expansión nacional. Con el lanzamiento de TikTok en 2017, la versión internacional de Douyin, una aplicación de redes sociales de vídeos cortos, Yiming alcanzó sus ambiciones globales. 

«China sólo alberga una quinta parte de los usuarios de Internet de todo el mundo», afirma Yiming. «Si no nos expandimos a escala mundial, perderemos ante nuestros competidores, que aspiran a las cuatro quintas partes. Por eso, globalizarnos es imprescindible», agrega.

En 2020, TikTok había acumulado más de dos mil millones de descargas en todo el mundo, y para finales de este año se espera que tenga 1,800 millones de usuarios activos. 

Uno de los puntos en común de ByteDance con muchas de las otras decenas de empresas decacornios es el uso de tecnología escalable.

Más sencillo que los bancos

La empresa británica checkout.com, valorada en 40,000 millones de dólares, ofrece una plataforma de pago con funciones que incluyen una API de pagos unificada y gestión del fraude. 

La sueca Klarna, una empresa de tecnología financiera valorada en 45,600 millones de dólares, ofrece un servicio de «compra ahora, paga después» que permite a los usuarios buscar y comprar a crédito artículos disponibles en una aplicación. 

Por su parte, la start-up Miro, valorada en 17,500 millones de dólares, presta servicio a decenas de millones de personas con una plataforma que permite a los equipos compartir y crear ideas visualmente mediante una pizarra. 

Uno de los mayores éxitos de la fintech europea en los últimos años ha sido Revolut, una aplicación que ofrece servicios bancarios más cómodos y con mejor relación calidad-precio que los ofrecidos tradicionalmente por los bancos. 

Fundada en 2015, Revolut está valorada en 33,000 millones de dólares y cuenta con más de 15 millones de usuarios; alrededor de 1.1 millones de ellos activos en la app diariamente.

«Nunca pensamos siquiera en ser un banco porque era una vía más complicada para lograr nuestros objetivos», dijo el cofundador y CEO Nikolay Storonsky en una entrevista de 2017. 


Viajaba mucho... y siempre estaba harto de las comisiones. Así que decidí, OK ¿por qué no lo hago por mí mismo?”.

– Nikolay Storonsky


En lugar de convertirse en un banco, Revolut optó por una licencia de dinero electrónico, acorde a su filosofía de hacer las cosas de la manera más fácil. La clave para atraer a tantos clientes fue ofrecer servicios de cambio de divisas sin comisiones. 

De hecho, crear una solución al problema de los caros servicios de cambio de divisas fue la motivación que impulsó a Revolut. Storonsky tuvo la idea tras sentirse frustrado por pagar tanto por cambiar dinero. 

«Viajaba mucho… y siempre estaba harto de las comisiones», dice. «Así que decidí, OK ¿por qué no lo hago por mí mismo?», agrega.

«Para nosotros, el costo de cambiar dinero es insignificante», añade. «Optamos por dar tipos interbancarios a los clientes como beneficio y luego, efectivamente, como todo modelo de negocio, hacemos venta cruzada de otros servicios… Regalando tipos de cambio conseguimos un crecimiento increíble de la captación de clientes sin gastar en marketing», señala.

Además de cambio de divisas, Revolut ofrece transferencias a cuentas bancarias y servicios de negociación de criptomonedas y acciones. También ha anunciado planes para expandirse a los monederos de criptodivisas y ofrecer hipotecas como parte de su estrategia para convertirse en una «superapp» que brinde una experiencia todo en uno a los consumidores.

En noviembre, Storonsky dijo que Revolut había llegado a ser rentable en 2021 y que, aunque la empresa no tiene actualmente necesidad de captar más capital, es algo que sigue estando sobre la mesa si la empresa decide crecer más rápido.

Probabilidades en contra

Entre los decacornios mundiales destaca SpaceX, la creación de Elon Musk, creador de PayPal y Tesla.

Musk fundó SpaceX en 2002 con 100 millones de dólares de su propio bolsillo y la noble ambición de inaugurar la era de los vuelos espaciales comerciales de bajo costo. Por si fuera poco, también quería que la empresa facilitara el crecimiento de la civilización humana más allá de la Tierra.

«Creo que es importante que la humanidad se convierta en una especie multiplanetaria», declaró en 2012 al programa 60 Minutes de CBS News.

«Creo que la mayoría de la gente estará de acuerdo en que un futuro en el que seamos una civilización espacial es inspirador y emocionante, comparado con otro en el que estemos confinados para siempre en la Tierra hasta que se produzca algún evento de extinción. Por eso fundé SpaceX», dice Musk.

Aunque las colonias en Marte aún están lejos, SpaceX ha conseguido reducir drásticamente el costo de los viajes espaciales. El año pasado, la empresa puso en órbita el primer viaje no gubernamental financiado con fondos privados, y poco después lanzó la primera tripulación totalmente comercial a la Estación Espacial Internacional. 


Cuando algo es lo bastante importante, lo haces aunque las probabilidades no estén a tu favor”.

– Elon Musk


En 2018, SpaceX envió el Tesla convertible Roadster 2008 de Musk a una órbita alrededor del sol, con un maniquí llamado Starman sentado en el asiento del conductor vestido con un traje espacial y escuchando a David Bowie.

El coche era una carga útil para el lanzamiento de prueba del cohete Falcon Heavy de la empresa. La excéntrica maniobra fue un gran éxito de marketing, y al mismo tiempo avivaba el debate sobre la conveniencia de mirar a las estrellas cuando aún quedan numerosos problemas por resolver en la Tierra.

Pero las cifras demuestran que SpaceX no es un mero proyecto de vanidad. Valorada en más de 100,000 millones de dólares, SpaceX ha asegurado numerosos y lucrativos contratos para transportar mercancías al espacio por encargo de la NASA y otras organizaciones públicas y privadas. 

SpaceX también está desarrollando un servicio de Internet por satélite para que los habitantes de zonas remotas y rurales de todo el mundo puedan conectarse. Starlink es, acorde con el espíritu de SpaceX, un proyecto enormemente ambicioso.

Se prevé que la primera generación de Starlink funcione con 4,400 satélites y que después se añadan otros 7,500 satélites. Para ponerlo en perspectiva, actualmente hay algo más de 4,800 satélites operativos orbitando la Tierra, y más de 2,200 de ellos ya forman parte de Starlink.     

Cuando fundó SpaceX, Musk viajó originalmente a Rusia para intentar comprar un misil intercontinental que esperaba pudiera equiparse para volar a Marte. Cuando resultó demasiado caro, decidió buscar a alguien que pudiera construirle uno en Estados Unidos.

Se acercó a Tom Mueller, un ingeniero de propulsión que estaba construyendo un cohete de combustible líquido en su tiempo libre fuera del trabajo, y le preguntó: «¿Puedes construir algo más grande?». 

Musk declaró a 60 Minutes que cuando empezó creía que sus posibilidades de éxito eran bajas. «Cuando algo es lo bastante importante, lo haces aunque las probabilidades no estén a tu favor», dice.

Abriendo camino

La historia de la emprendedora australiana Melanie Perkins, creadora de una plataforma de diseño de 40,000 millones de dólares, es una clase magistral sobre cómo obtener resultados con paciencia y persistencia. Perkins fue rechazada por más de 100 inversores cuando ella y su actual marido, Cliff Obrecht, presentaron Canva. 

La plataforma se ha enfrentado a empresas de la talla de Adobe, haciendo que el diseño basado en la web sea sencillo y accesible, eliminando muchos de los complicados pasos que requiere el software de diseño más habitual. Perkins tuvo la idea mientras enseñaba a otros a utilizar herramientas de diseño en sus estudios universitarios. 

La gente tendría que pasarse un semestre entero aprendiendo dónde estaban los botones, y eso parecía completamente ridículo», dice Perkins a CNBC. «Pensé que en el futuro todo iba a ser online y colaborativo y mucho, mucho más sencillo que estas herramientas tan difíciles», agrega.

Perkins y Obrecht empezaron poniendo en práctica sus sencillos principios de diseño con su propia empresa de anuarios escolares, que ofrecía a estudiantes y centros educativos una herramienta para diseñar sus propios anuarios de aspecto elegante. 

La oportunidad le llegó tras conocer brevemente al empresario Bill Tai, quien acudió a Perth, ciudad natal de Perkins en Australia Occidental, para asistir a un evento de inversionistas. Tai le dijo que si iba a Silicon Valley se reuniría con ella para hablarle de su idea. Así que tomó un avión y, fiel a su palabra, Tai se sentó con Perkins a su llegada.

«Pensé que no le gustaba lo que tenía que decir. Estaba hablando por teléfono y pensé que eso significaba que no le interesaba lo que yo tenía que decir sobre el futuro de la edición», recuerda Perkins. «Pero luego llegué a casa y me di cuenta de que en realidad me estaba presentando a algunas personas».


Cuando no tienes contactos, ni una red que te apoye debes meter el pie en la puerta e ir abriendo tu camino”.

– Melanie Perkins


Pero aunque ya se habían hecho las presentaciones, Perkins aún tenía un viaje por delante que implicaría un intenso y poco ortodoxo trabajo en red. Tai es propietario de un lugar de retiros de kitesurf llamado MaiTai, donde los empresarios se reúnen para debatir ideas y elevarse por encima de las olas. 

El único problema era que Perkins tenía poco interés en ese deporte. Pero como era tan importante para Tai, sabía que tenía que intentarlo. «Cada vez que me preguntaba cómo iban mis negocios, también me decía: ‘¿cómo te va con el kitesurf?'». dice Perkins. 

«No lo había hecho antes y, para ser sincera, no es algo que normalmente intentaría», añade. «Pero sí, decidí intentarlo, porque cuando no tienes contactos ni una red que te apoye debes meter el pie en la puerta e ir abriendo tu camino», señala.

Funcionó: consiguió financiación y rápidamente se unió a las filas de los empresarios con más éxito de todos los tiempos.

Conveniencia única

Aunque muchos de los decacornios del mundo nacieron en China y Estados Unidos, la India tiene dos: la plataforma de reparto Swiggy y la plataforma de aprendizaje electrónico BYJU’S. Con una valoración de 22,000 millones de dólares, BYJU’S es actualmente la start-up más valiosa de la India.   

Swiggy está un poco rezagada, con una valoración de poco más de 10,000 millones de dólares, pero su cofundador, Sriharsha Majety, confía en que verá un crecimiento más explosivo.

Su primera incursión en el mundo de las empresas emergentes fue con Bundl, una empresa de logística de comercio electrónico. Pero esa empresa acabó fracasando cuando muchas empresas de comercio electrónico empezaron a gestionar sus propios envíos.  

Sin inmutarse, Majety y su cofundador, Nandan Reddy, se orientaron hacia las entregas urbanas en hostelería, incluidos los restaurantes. Rápidamente se encontraron en el centro de un mercado en rápido crecimiento que, según Majety, tiene un enorme potencial. 

«Nuestro objetivo es convertir Swiggy en la plataforma que 100 millones de consumidores puedan utilizar 15 veces al mes», dijo en enero de 2022. 

Los inversionistas también ven el potencial. Una ronda de financiación de 1,250 millones de dólares para la empresa el año pasado fue sobresuscrita.

«Escuchamos constantemente el entusiasmo de los inversionistas con los que hablamos sobre esta capacidad y cómo es súper temprano, no sólo para la comida, sino incluso para la conveniencia en el país y estos son espacios en blanco que tienen la oportunidad de construir con el tiempo empresas muy grandes», señala Majety.

«Así que para nosotros es una enorme fuente de entusiasmo y nos da el poder para ir, pensar a largo plazo, hacer las inversiones correctas por categoría y asegurarnos de que hacemos justicia a nuestra misión de ofrecer una conveniencia sin igual», concluye.

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