Linda Yates cree que no hay razón por la que Marriott o Hilton no podrían haber fundado Airbnb o por qué Toyota o General Motors no lanzaron Uber; eso sin mencionar a Blockbuster, quien de hecho, “tuvo la oportunidad de comprar Netflix”, dice la fundadora y directora ejecutiva de la incubadora de crecimiento empresarial global Mach49 a The CEO Magazine.
Ante oportunidades perdidas, nuevas grandes ideas de negocio y ágiles startups impulsadas por la tecnología financiadas por capital de riesgo, surge preocupación en muchas empresas de modelos tradicionales.
Una frase a menudo citada por el CEO y presidente de JP Morgan, Jamie Dimon, sobre las nuevas empresas de tecnología dice: “Silicon Valley está llegando, y todos quieren comerse nuestro almuerzo”.
Sin embargo, para Yates hoy es un buen momento para que “los dinosaurios se coman a los unicornios”, es decir, que las grandes empresas superen a las nuevas startups de mil millones de dólares en su propio juego disruptivo.
“Las grandes corporaciones cuentan con una gran cartera de clientes, capital, equipo de trabajo, canales de distribución y tecnología, pero no saben cómo hacerlo”, explica.
Al crecer en California, Yates estuvo rodeada por muchos de los perfiles que fundaron Silicon Valley.
“Eran amigos de mis padres. Estoy profundamente arraigada y conectada a ese lugar”, comparte.
Sin embargo, como consultora de estrategia, su carrera profesional se ha desarrollado en las salas de juntas de empresas globales como Nokia, Kraft y General Motors; experiencias que le han brindado una valiosa perspectiva interempresarial.
Lanzado en 2022, The Unicorn Within: How Companies Can Create Game-Changing Ventures at Startup Speed es una guía práctica para conducir a las corporaciones hacia una nueva generación de empresas.
“Cuando fundé Mach49 en 2014, intencionalmente no contratamos a ningún consultor. Nos enfocamos 100 por ciento en la ejecución”, explica.
Junto con su equipo, ha pasado los últimos ocho años trabajando en el método compartido en el libro.
“La gente simplemente no tiene una guía paso a paso”, indica.
Para Yates es importante trabajar en construir capacidad, no dependencia; sabe lo poderoso que es para las grandes corporaciones aprender a ser ágiles para su propia supervivencia.
“Si analizamos la lista Fortune 500 hace 50 años, nos damos cuenta que la vida útil de una empresa era de 75 años. Hoy es de 15 años o menos. De las empresas de esa lista de hace 50 años, hoy, el 88 por ciento están fuera del negocio o ya son completamente irrelevantes”, señala.
Las grandes empresas necesitan trabajar a favor del futuro del planeta.
“La mayoría de los grandes problemas que enfrenta el mundo como el cambio climático, el racismo, las enfermedades, la pobreza, el agua y la educación, necesitan de la intervención de las grandes firmas, porque por mucho que amemos a las organizaciones no gubernamentales, muchas no cuentan con los medios ni recursos suficientes para resolver problemas a escala global”, dice.
Yates invita a las grandes corporaciones a aprovechar la ventaja de los sistemas y estructuras ya existentes.
“Lo tienen todo. No hay razón por la que no puedan transformarse para lograr un crecimiento significativo”, comparte.
Además de la transformación interna, Yates menciona la importancia de construir fondos corporativos de capital de riesgo para invertir en empresas, fusiones y adquisiciones, y asociaciones estratégicas.
“The Unicorn Within” dirige los últimos dos capítulos a los directores ejecutivos. Yates explica que hay tres puntos clave. Señala que las grandes empresas no pueden ser “Y Combinators”, refiriéndose al acelerador de startups tecnológicas estadounidense.
“Las empresas necesitan tener un crecimiento más rápido, por lo que se requiere contar con una metodología. Se necesita superar la inercia y los procesos tradicionales. Por último, los altos ejecutivos también tienen que crecer y adoptar una mentalidad de capital de riesgo de primer nivel”, indica.
Yates espera que su libro inspire y empodere a numerosas firmas. Ella tiene un mensaje para los ejecutivos: “Puedes hacerlo al 100 por ciento”, concluye.