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Los líderes no siempre son lo que esperamos. Si bien algunos tienen cualidades en común, te decimos qué hace a un líder un buen CEO.

Si preguntamos a la mayoría de la gente qué es lo que hace que un CEO sea excelente, es probable que tengan algunas ideas preconcebidas. Estratégico, tal vez un adicto al trabajo y alguien que conoce su organización de cabo a rabo.

Aunque esas cosas pueden ser ciertas, no hay dos CEOs iguales. Y de hecho, los CEO pueden no ser lo que se percibe de ellos.

Pregúntate: ¿Es el CEO alguien que tiene una visión clara de la organización? ¿Es persistente? ¿Sabe aceptar un no por respuesta? ¿Y se ha abierto camino desde el último peldaño de la escalera corporativa de la compañía?

Algunos dirían que sí, pero yo creo que a veces los mejores directores generales no son lo que uno cree.


Los mejores CEO no son visionarios


Durante unas maniobras en los Alpes, un teniente envió a varios soldados de su compañía a una patrulla de reconocimiento. Entonces empezó a nevar. Unos días más tarde, como la nieve seguía cayendo y la patrulla aún no había regresado, el teniente temió haber enviado a sus hombres a la muerte.

Pero finalmente los soldados regresaron, explicando que se habían perdido. Le dijeron a su teniente que habían perdido la esperanza hasta que uno de ellos encontró un mapa en su bolsillo.

Cuando amainó la tormenta de nieve, se pusieron en marcha y, gracias al mapa, encontraron el camino de vuelta al campamento. Al mirar el mapa, el teniente se sorprendió al ver que no era un mapa de los Alpes, sino de los Pirineos.

Se trata de una historia muy conocida. Se dice que, al oírla, un ejecutivo dijo: “Es una historia interesante, pero habría sido aún mejor si el soldado que tenía el mapa hubiera sabido que era el equivocado y aun así hubiera conseguido llevar a su patrulla de vuelta al campamento”.

La pregunta es: ¿puede una empresa tener éxito cuando su director general tiene una visión, aunque ésta sea equivocada? Un estudio clásico de 200 empresas publicado en el Journal of Applied Psychology ofrece algunas pistas para responder a esta pregunta. Son las siguientes:

1. Una empresa tiene un 50 por ciento menos de probabilidades de quebrar cuando su CEO ha comunicado una visión, aunque al final esa visión no se lleve a la práctica.
2. El crecimiento de las ventas se duplica cuando el CEO de la empresa ha comunicado una visión, una vez más, aunque esa visión no llegue a materializarse.

Tener una visión da impulso a una empresa. Ayuda a detectar oportunidades que de otro modo habrían pasado desapercibidas si la empresa hubiera permanecido estática. Esto es cierto independientemente de la calidad de la visión. En realidad, aferrarse a una visión puede frenar a una organización. ¿Hasta qué punto debe ser persistente un buen CEO?

 


Los mejores CEO no son persistentes


Andy Grove, antiguo CEO de Intel, describió su trabajo de la siguiente manera: “Ninguno de nosotros sabe realmente hacia dónde nos dirigimos. Yo no… Pero las decisiones no esperan a que se aclare ese panorama”.

“Hay que hacerlas cuando hay que hacerlas. Creo que es muy importante que hagas dos cosas. Una, actuar según tu convicción temporal como si fuera una convicción real; y dos, cuando te des cuenta de que estás equivocado, corregir el rumbo muy rápidamente. Y trata de no deprimirte demasiado en el camino…”

“Si estás deprimido, no puedes motivar a tu personal con medidas extraordinarias. Así que tienes que mantener tu propio ánimo aunque entiendas bien que no sabes lo que haces”.

Los directivos suelen sorprenderse al escuchar esta historia de Grove, el reconocido CEO. Ni siquiera él sabía hacia dónde se dirigía. Siempre estaba cambiando de dirección, y era consciente de que no sabía hacia dónde se dirigía y no se lo decía a su personal.

Un memorable estudio publicado en el Journal of Management ayuda a explicar esta reacción. Los investigadores presentaron a los directivos cuatro escenarios:

●      En el primer escenario, el CEO persistió con la misma estrategia y tuvo éxito.
●      En el segundo escenario, probó varias estrategias y al final tuvo éxito.
●      En el tercer escenario, persistió en la misma estrategia pero no tuvo éxito.
●      En el cuarto escenario, probó varias estrategias, pero al final no tuvo éxito.

¿Cómo calificaron los directivos a estos CEO?

Como era de esperar, los directores generales que tuvieron éxito fueron considerados mejores que los que no lo tuvieron. Y lo que es más interesante, los CEO que tuvieron éxito persistiendo en la misma estrategia siempre fueron mejor valorados que los que tuvieron éxito tras probar varias estrategias.

En algunos casos, se otorgaron puntuaciones más altas a los CEOs que persistieron en la misma estrategia pero fracasaron que a los directores generales que probaron varias estrategias y tuvieron éxito.

Este estudio sugiere que nos impresionan los CEO que son visionarios (idean una estrategia única y ganadora) pero que también son persistentes (se aferran a esa estrategia contra viento y marea).

Por eso los directivos se sorprenden cuando CEOs tan reconocidos como Andy Grove explican que no son ni visionarios ni persistentes. Sin embargo, en un mundo en el que cada vez es más difícil predecir lo que funcionará, su enfoque de ensayo y error es el mejor.

Ser persistente puede ser bueno. Puede ayudarle a progresar, a mantener la confianza en tiempos turbulentos. Pero ser persistente también puede convertirse en ser demasiado obstinado si no se tiene cuidado. Estar abierto al cambio y a las opiniones de otras personas de tu organización es lo que te convertirá en un mejor CEO.


Los mejores directores generales no siempre son locales


Hay dos opciones para un nuevo CEO: CEOs nacionales o CEOs extranjeros. Los primeros son los que ascienden a través del sistema. Tienen mucha experiencia, muchos conocimientos sobre la organización y pasan por un duro proceso de selección para convertirse en el director general de empresas en las que ya han trabajado.

Los directores generales de fuera tienen menos experiencia o conocimiento de la organización que los de dentro. Llegan a la cima de las empresas sin haber trabajado nunca en ellas, aportando una perspectiva externa que puede causar tensiones.

Pero, ¿qué tipo de CEOs obtienen los mejores resultados? A pesar de lo que se pueda pensar, la respuesta es los de fuera. Para tener éxito, una empresa necesita una estrategia ambiciosa que se diferencie de sus competidores. Los directivos de fuera suelen ser mejores que los de dentro (que suelen ser mucho más conservadores) a la hora de elaborar ese tipo de estrategia.

Para tener éxito, una empresa necesita una estrategia ambiciosa que se diferencie de sus competidores. Las personas ajenas a la empresa suelen ser mejores que los directores generales locales a la hora de elaborar ese tipo de estrategia.

Pero cuidado: los externos son también los que obtienen los peores resultados. O consiguen un rendimiento extraordinario o llevan a una empresa a la quiebra. Aunque una empresa no puede tener éxito sin una estrategia ambiciosa y diferenciadora, sigue siendo un paso muy arriesgado. Los CEOs de cosecha propia pueden dar resultados promedio, pero es una opción más segura.

Entonces, ¿debe una empresa optar por un CEO de la casa o por uno de fuera?

Todo depende del contexto. Si la empresa está en una situación desesperada, probablemente sea mejor contratar a alguien de fuera. Si la empresa goza de buena salud financiera, debería elegir a un director general nacional. Puede que no sean tan interesantes, pero no llevarán a la empresa por el camino de la ruina. En resumen, es más arriesgado poner una empresa en manos de un externo que de un CEO nacional, pero a veces es un riesgo que merece la pena correr.

Así que cuando pienses en tu próximo CEO, manten la mente abierta. Los estudios demuestran que los mejores CEOs no son los que tú crees, así que tenlo en cuenta. O si crees que no serías un buen CEO por no ser suficientemente persistente, recuerda que eso puede ser tanto una fortaleza como una debilidad.

Hay líneas muy finas, pero el próximo gran CEO podrías ser tú.

Las opiniones expresadas por los colaboradores de The CEO Magazine son suyas.

Jérôme Barthelemy

Miembro del Grupo de Colaboradores

Jérôme Barthelemy es profesor de Estrategia y Gestión en ESSEC Business School, y autor del libro «Myths of Strategy». Para más información, visite https://faculty.essec.edu/en/cv/barthelemy-jerome/

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