La tecnología puede liberarte. O al menos garantizar un entrenamiento más eficiente. Esa es la promesa que se esconde detrás de la creciente tendencia de soluciones de salud inspiradas en startups, que utilizan datos, redes sociales y aplicaciones para que todos estemos más en forma, y seamos más felices y productivos.
Gran parte de las raíces de este fenómeno se remontan a la pandemia de COVID-19 y los confinamientos mundiales. La gente se vio obligada a replantearse sus rutinas de ejercicio, lo que dio lugar a un auge de la tecnología de uso doméstico, desde clases en línea – como los entrenamientos diarios de Joe Wicks en YouTube – hasta los productos interactivos de ciclismo de la marca Peloton.
A medida que todo fue volviendo a la normalidad, hemos vivido un cambio considerable en el equilibrio entre la vida laboral y personal, con menos desplazamientos al trabajo y funciones híbridas de oficina en casa, que se han convertido en la norma. La tecnología ha fungido como pivote para reflejarlo. La empresa Mirror, fundada por Brynn Putnam, ex bailarina del Ballet de Nueva York, ha sido uno de los muchos casos de éxito.
Su producto clave, una máquina montada en la pared que retransmite clases de fitness, fue comprada por 500 millones de dólares en 2020 por la marca de ropa Lululemon.
Más allá del hogar, la tecnología móvil ha experimentado un repunte liderado por el mercado estadounidense. Esto ha evolucionado a partir de pioneros como Nike, cuya aplicación Nike+ Running sigue liderando el sector, complementada por otras aplicaciones integradas en los teléfonos inteligentes, como Nike Run Club y Nike Training Club.
Recientemente, la marca también lanzó Nike Mind Sets, un programa integral a través de la aplicación, el correo electrónico, el sitio web y las redes sociales, que busca unir los puntos entre la salud física y mental. Según Nike, el programa se centra “en cómo te sientes, no en cómo consigues tus objetivos”, y sus miembros pueden acceder a todo tipo de contenidos, desde la serie Audio Guided Walk & Run hasta los episodios del podcast Trained, que tratan sobre el agotamiento y el bienestar.
Del mismo modo, la aplicación MyWellness, de Technogym, tiene en cuenta la totalidad de tu vida en el gimnasio, en casa y en el trabajo.
También está causando sensación WHOOP, un dispositivo para llevar puesto que ofrece asesoramiento digital personalizado sobre salud y forma física, haciendo hincapié en la mejora del ciclo diario de sueño, ejercicio y recuperación.
Centrarse en las reacciones
Por supuesto, la recopilación de datos personales que permite esta nueva tecnología no solo ayuda al usuario a alcanzar y mejorar las marcas personales que se proponga, sino que también permite a las empresas tecnológicas seguir mejorando su oferta.
“El bucle de retroalimentación de los datos – y lo que podemos hacer con ellos – es clave”, afirma Richard Lamb-Hughes, especialista en marketing y marcas de bienestar afincado en Ciudad del Cabo. “La tecnología disponible me permite entender mis datos y me ayuda a comprender la ciencia que hay detrás de cómo debe moverse mi cuerpo, de modo que soy la persona mejor preparada para pasar al siguiente nivel”.
“El bucle de retroalimentación de los datos - y lo que podemos hacer con ellos - es clave”.
“Significa que ahora todos tenemos acceso a ese equipo profesional que antes estaba a puerta cerrada en laboratorios de investigación y universidades deportivas como Loughborough”, agrega.
Lamb-Hughes cita al neurocientífico estadounidense Andrew B. Huberman, cuyo podcast Huberman Lab ayuda a trasladar los avances científicos a la vida cotidiana. “Ahora comprendemos mejor cómo funciona fisiológicamente nuestro cuerpo”, afirma.
Esto puede ser estimulante y ha ayudado a desarrollar áreas de investigación clave, como el tratamiento del agotamiento y los retos del envejecimiento.
A medida que la gente envejece, frecuentemente les resulta difícil aceptar que no tienen la masa muscular que solían tener, y esto es particularmente exacerbado por aquellos que han mantenido sus regímenes de entrenamiento y se sienten más en forma, más felices y más productivos, incluso cuando su cuerpo está tratando de decirles que aflojen.
Lamb-Hughes señala que Australia, en particular, es el país de moda en programas de fitness para personas mayores, donde está surgiendo una gran cantidad de tecnología puntera basada en inteligencia artificial. Esto permite un plan de entrenamiento altamente personalizado que puede seguir los movimientos del usuario a través de la tecnología de captura de movimiento y dar al usuario información en tiempo real, obteniendo la rutina definitiva adaptada a ellos.
Esto ofrece al cliente de más edad un círculo virtuoso: al mejorar la técnica, puede prolongar su vida en forma, reduciendo así la posibilidad de lesiones.
“Un equipo más inteligente significa que puede aprender más cada vez que lo usas y mejorar tu entrenamiento”.
Gran parte de la atención se centra en el entrenamiento de la fuerza, el control de los movimientos del cuerpo y los pequeños ajustes que pueden marcar la diferencia. Por ejemplo, en un simple curl de bíceps, no es solo la elevación/flexión del brazo cuando se mueve hacia arriba, sino también el momento del movimiento hacia abajo lo que puede convertirse en la causa de lesiones a medida que la gente envejece, por el efecto de sacudida de soltar el control demasiado pronto.
Estimulación muscular
La última tendencia que ha hecho que los gimnasios recuperen parte del control de la tecnología portátil es la electroestimulación muscular (EMS). Funciona imitando la acción del sistema nervioso central, enviando señales a los músculos para que se contraigan del mismo modo que lo hace el cerebro durante el ejercicio, pero a través de electrodos colocados en la piel.
Estos impulsos eléctricos pueden llegar a las fibras musculares que son difíciles de activar con el entrenamiento convencional, lo que permite a los usuarios entrenar más rápido y con menos tensión en las articulaciones.
Es una técnica que utilizan los atletas profesionales para que su cuerpo se recupere más rápidamente. Ahora se está extendiendo a través de empresas como Feel Electric, con sede en el Reino Unido, que ha puesto en marcha una serie de estudios de fitness que utilizan EMS. Actualmente tiene locales en Harrogate, Leeds, Sheffield, York, Wilmslow y Londres, y pronto abrirá más en la zona de la M25 (red de autopistas del Reino Unido que prácticamente rodea Londres).