Para Felipe Schneider, la misión de BASF es la brújula que guía todo: hacer química por un futuro sostenible. Desde ahí, se ha esforzado por construir una empresa amplia, diversa y con muchas posibilidades, que tiene como uno de sus objetivos principales llegar a la carbononeutralidad para el año 2050; es decir, implementar y acelerar proyectos relacionados con tecnologías de producción bajas en CO2, economía circular y energías renovables.
“Uno de los recursos que más se utiliza es la energía. Entonces, cambiar la fuente de abastecimiento y tener energías limpias es uno de los focos más importantes. Y como BASF no hemos escatimado en esfuerzos e innovación. Nos tomamos este objetivo con mucha seriedad, es parte de tener una mirada sostenible de los procesos”, afirma Schneider.
“Cambiar la fuente de abastecimiento y tener energías limpias es uno de los focos más importantes”.
Por lo mismo, BASF Chile ha dado pasos concretos en esta dirección y se ha comprometido, así como la empresa a nivel global, a promover productos de baja huella de carbono, conocidos como Pioneer, que ayudan a los clientes a disminuir su impacto ambiental. Varios de ellos, por ejemplo, aportan a bajar el consumo de agua o la huella de carbono.
“Otro ámbito muy relacionado con el aporte al medio ambiente y a los clientes, es el desarrollo que estamos haciendo en baterías de almacenaje de larga duración, llamadas baterías NaS. Porque la energía renovable, como la eólica o la solar, requieren ser almacenadas, en algunos momentos, para poder distribuirlas posteriormente. Esto es clave para optimizar la distribución, la continuidad energética y disminuir el consumo de energías fósiles”, señala.
La importancia de la cadena de suministro también se resalta en BASF Chile. Schneider subraya la construcción de relaciones sólidas y de largo plazo con los proveedores como un factor clave para la eficiencia y el éxito de la compañía. La colaboración estrecha con proveedores, basada en la comunicación y la confianza, ha permitido a BASF Chile adaptarse a los desafíos y crecer de forma perdurable a lo largo de estos años.
“Nuestra misión es hacer química por un futuro sostenible. Por lo mismo, cambiar nuestra matriz energética a energías renovables es una urgencia. Lo mismo pasa con nuestros productos, es decir, aportar a que otras industrias tengan un desarrollo amigable con el medio ambiente es prioritario para nosotros. De igual manera, queremos que nuestros clientes también aporten a nuestra misión”, indica.
“Siempre digo que la clave está en armar equipos diversos y definir una buena estrategia”, señala Schneider, y asegura que es una de sus máximas prioridades, la cual ha puesto en marcha a lo largo de su trayectoria en la compañía y que actualmente es el diferenciador de la empresa frente a la competencia.
Para Schneider, una compañía que valora a sus empleados, cree en la igualdad e inclusión, fomenta la innovación y la colaboración, y se adapta a las tendencias emergentes, está posicionada para liderar su industria. El gerente general de BASF Chile destaca que, en última instancia, son las personas las que dan forma al presente y al futuro de cualquier organización.
“Al tomar esta posición me propuse hacer una
empresa con mayor igualdad y buscar la equidad de género”.
“Las personas son el activo más importante de la compañía. Y si los trabajadores están contentos, la cultura de la empresa se hace más amigable y además, se vuelve más atractiva. Entonces, hay que partir de ahí”, comparte el directivo que de formación es ingeniero agrónomo y que con el paso de las décadas ha consolidado diversos equipos de trabajo.
Esta filosofía de liderazgo de Schneider, que pone en el centro a las personas, ha sido clave en la evolución de BASF Chile. Su énfasis en el diálogo, la comunicación cercana y la retroalimentación, demuestra un liderazgo empático y colaborativo. La creación de grupos diversos, el fomento de un ambiente transparente y la construcción conjunta de una visión compartida son aspectos que, él considera, han fortalecido la cohesión interna y la orientación estratégica de la empresa.
“Siempre busco diálogo y una comunicación cercana con los colaboradores. Tener su retroalimentación, saber qué más necesitamos, qué más podemos hacer como compañía, por un lado, para que ellos puedan sentirse más contentos y más motivados, pero al mismo tiempo puedan realizar su trabajo de mejor manera. Entonces, eso es un diálogo muy importante. Soy una persona a la que le gusta crear colaboraciones, que le gusta tener un diálogo franco, transparente, generar espacios de camaradería y claramente ir construyendo juntos una visión compartida”, afirma.
Un aspecto destacado es el reconocimiento de Schneider sobre la importancia de mantenerse al tanto de las tendencias. Esto no solo muestra la apertura hacia la evolución del entorno empresarial, sino también la voluntad de adaptarse y tomar decisiones bien fundamentadas. La integración de la información y la creación de estrategias basadas en el conocimiento colectivo resaltan la esencia del liderazgo compartido.
“Creo que las estrategias no las hace una persona, siempre las tienen que hacer un equipo, porque en conjunto se crea un diálogo virtuoso y entre todos podemos ver mejor hacia dónde están las oportunidades. Además, cuando se pone foco en los competidores nos volvemos reactivos, en cambio, cuando el foco está en nosotros y en ser mejor día a día, uno se vuelve innovador. Y eso es BASF, una empresa tremendamente innovadora”, destaca.
La empresa ha establecido lo que llaman Grupos de Afinidad. Un proyecto que busca que las personas de todas las áreas y niveles trabajen en cinco temáticas que son; generaciones, discapacidad, mujeres, LGTB+ y migrantes. Este enfoque en la diversidad e inclusión ha sido premiado y reconocido a nivel país.
“Tenemos un porcentaje muy grande de personas que están en esos grupos pensando en ideas de cómo hacer más inclusiva a la empresa. Creo que esa dinámica, que realmente es virtuosa, ha llevado a que la gente se sienta muy comprometida y partícipe de la transformación que ha tenido la compañía. También, nos hace conscientes de que son temas relevantes”, asegura.
Asimismo, Schneider no sólo ha impulsado fuertemente la contratación de mujeres, sino que, además, logró la equidad salarial. “Hacer una empresa con mayor igualdad y buscar la equidad de género es algo que me propuse al asumir la gerencia, y como equipo hemos trabajado mucho en ello. Me llena de orgullo decir que en BASF Chile, en tan solo tres años, pasamos de tener un 35 por ciento de mujeres en cargos de liderazgo a un 43 por ciento. Asimismo, no hay diferencias salariales entre hombres y mujeres. Y no nos conformamos con eso, estamos trabajando en adaptar los roles para las áreas productivas”, comparte.
“Creo que las estrategias no las hace una persona, siempre las tiene que hacer un equipo”.
La cadena de valor de BASF se sustenta en transformar diversas materias primas, a través de procesos químicos, en más de 90 mil productos diferentes. Esto no podría lograrse sin un concepto clave en la compañía: Verbund, que impulsa la integración entre academia, empresa, emprendedores y los diferentes stakeholders que puedan aportar a la industria, siendo una de sus principales fortalezas.
“A partir de un proceso inicial, uno termina construyendo una red de industrias paralelas que van produciendo productos y subproductos. Y ese concepto resulta muy eficiente, porque en un mismo lugar se logra una sinergia significativa, ya sea de conocimiento, creación, transporte, entre otros que se necesitan para llegar de forma efectiva con la solución al cliente”, asevera Schneider.
Verbund representa la integración, pero también la conexión, el enlace y la colaboración entre diferentes elementos. La innovación reside en la forma en que BASF Chile aprovecha estos subproductos y conocimiento en otras plantas para crear nuevos materiales, generando una red interconectada de procesos operacionales.
“Creamos realmente química para un futuro sostenible”.
“El concepto Verbund es la integración física de la producción, de las plataformas del mercado y de las tecnologías que sostienen el negocio. El sistema Verbund crea cadenas de valor eficientes”, especifica también la compañía en su sitio web.
El resultado es una red de industrias paralelas que funcionan en armonía. Desde un proceso inicial se genera una sinergia de producción que no solo ahorra recursos y costos, sino que también impulsa la eficiencia en múltiples aspectos, desde la logística hasta el intercambio de conocimientos entre expertos de diferentes áreas.
Para Felipe Schneider, “la compañía no solo produce productos químicos, sino que también busca constantemente la forma más sostenible de hacerlo. La empresa se involucra con sus clientes, comprende sus necesidades y trabaja en colaboración para producir soluciones que no solo sean eficientes, sino también amigables con el medio ambiente y viables a largo plazo. Así que creamos realmente química para un futuro sostenible”, concluye.