En el exitoso bestseller del New York Times, Superinteligencia, Nick Bostrom escribe: “Si un día las máquinas superan a los cerebros humanos en inteligencia general, el destino de nuestra especie dependería de la acción de una inteligencia artificial poderosa”. Esta afirmación proyecta el futuro al que se enfrenta la humanidad: una realidad donde ser gobernados por una inteligencia no biológica es una clara posibilidad.

La pregunta que enfrentan los humanos no es cómo o por qué surgirá la superinteligencia, sino ¿cuándo? La pregunta más importante es, ¿qué consecuencias podría tener el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) en la evolución del liderazgo?

Con la influencia actual y futura de la IA en los ecosistemas empresariales, las capacidades de las compañías y del intelecto humano van a cambiar.

En un mundo donde las ventajas competitivas de las organizaciones son efímeras, los directores ejecutivos están constantemente expuestos a situaciones de incertidumbre. La clave de su supervivencia son sus capacidades de toma de decisiones, creatividad, conexión emocional, intuición, integridad e intelecto.

Vías evolutivas

Con las intervenciones actuales y futuras de la IA en los ecosistemas empresariales, las capacidades del intelecto empresarial y humano van a cambiar, lo que resultará en la evolución del liderazgo de la próxima generación, que tendrá características radicalmente diferentes.

Desde una perspectiva empresarial, el desarrollo futuro de la IA puede seguir tres vías evolutivas:

1. Soporte: La IA en la etapa de desarrollo asistiría a los líderes proporcionando una estructura de soporte analítico para permitirles tomar decisiones informadas, lo que llevaría a una mayor eficiencia operativa y rentabilidad corporativa.

2. Autoconciencia: Es la segunda vía evolutiva en la que la IA evoluciona al siguiente nivel al adquirir autoconciencia, se aprende de la experiencia, se mejora continuamente y se le confían funciones críticas de la organización.

3. Supreme: Es el último escenario y el más radical de todos; es la fase donde la IA ha evolucionado hacia una inteligencia general artificial autoconsciente, adquiriendo un intelecto similar al humano, que aumenta a un ritmo exponencial con un alto nivel de habilidades cognitivas. Así, se tomaría el papel de liderazgo e inclinaría las riendas de las organizaciones de la inteligencia humana a la no biológica.

La evolución del liderazgo

El académico Gary Yukl sugirió que la visión, la planificación estratégica, la toma de decisiones bajo incertidumbre, la formación de equipos, las habilidades interpersonales, la ética y la inteligencia emocional son las características más importantes para un liderazgo empresarial ejemplar. Con la evolución de la IA a inteligencia artificial general (AGI) y su introducción en el proceso de toma de decisiones, en un futuro cercano y en el escenario más cauteloso, se prevé que el liderazgo radical e innovador que conocemos hoy cambiará gradualmente. Esto llevaría a los directores ejecutivos a empezar a depender en gran medida de algunas variables en la toma de decisiones que surgen a partir de los datos y el juicio de la IA.

En un futuro cercano, cuando la IA evolucione mediante el aprendizaje y la mejora de su rendimiento, las herramientas del liderazgo podrían pasar del ser humano al algoritmo.

Esta fase de la evolución de la IA opacaría la distinción entre la inteligencia biológica y no biológica hasta el punto en el que la IA estaría en posición de manipular el clásico Test de Turing para distinguir entre el hombre y máquinas a su favor.

Mientras se observa la trayectoria evolutiva y de desarrollo de la IA, la próxima generación de líderes deberá reflexionar sobre un enfoque estratégico para sobresalir con este nuevo tipo de inteligencia. A nivel macro, esto resultaría en dos escenarios de liderazgo opuestos:

1. Regulación: El mejor escenario es en el que la IA está regulada y se convierte en un actor clave en el ecosistema empresarial, lo que resulta en un crecimiento y prosperidad ilimitados. Esta colaboración humano-IA, donde la IA es un sistema de soporte para el liderazgo humano, daría lugar a una nueva entidad corporativa con la capacidad de proporcionar soluciones óptimas a problemas empresariales que hoy están más allá de la comprensión humana.

2. Liderazgo Clonado: El otro escenario es el camino donde la dependencia de un sistema de soporte impulsado por la IA implica en las habilidades de liderazgo, intelecto y dimensiones creativas de los futuros líderes, lo que resulta en la aparición de un ‘liderazgo clonado’. Este segundo escenario sin precedentes daría forma a un nuevo nivel de interacciones humano-IA y a la aparición de una nueva forma de liderazgo, distinto al democrático. Esta forma de liderazgo, que depende del juicio de la IA, limitaría el desarrollo de las capacidades intelectuales de liderazgo y restringiría el crecimiento organizacional.

Con un crecimiento exponencial, la IA podría proporcionar no sólo asistencia en la toma de decisiones, sino que en algún momento podría servir a una amplia gama de actividades correspondientes al liderazgo.

En un futuro cercano, cuando la IA evolucione y mejore su rendimiento, los contornos del liderazgo podrían pasar de humano a algorítmico, llamando a una mayor necesidad de desarrollo transparente de la IA. En esta ruta evolutiva, los estudios sobre la interfaz humano-IA deberán centrarse en el nivel de delegación en la toma de decisiones, su impacto en el rendimiento operativo de las empresas, la integración de la IA en la cultura organizacional y la transparencia.