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Para cultivar la presencia ejecutiva, hay que cuidar tu motor interno y entender cómo todas las partes trabajan juntas para lograr el máximo rendimiento.

La presencia ejecutiva no se define por un título o una posición de poder. Tampoco se trata de dominar la comunicación ni de exagerar la imagen de marca, aunque la comunicación y la marca personal son importantes.

Harvard Business Review ha investigado durante más de una década qué rasgos constituyen la presencia ejecutiva, y los rasgos clave de comunicación y confianza han mantenido el rumbo, al igual que un aspecto pulcro. Sin embargo, la inclusión, en todas sus formas, ahora también ha pasado a ocupar el primer lugar de la lista.

Cultivar la presencia ejecutiva consiste en asegurarse de trabajar primero en su motor interno.

Esto plantea la inevitable pregunta de si la presencia ejecutiva es algo que puede cultivarse y, en caso afirmativo, cómo hacerlo. La respuesta es sí, pero reside en lo más profundo de su ser. No es algo que pueda conseguirse a un nivel superficial.

Según Harvard Business Review, la presencia ejecutiva se compone de elementos tales como: la alineación de su propósito personal con su propósito laboral; el grado de desarrollo de su mentalidad de crecimiento; el significado que encuentra en su trabajo; su capacidad para desarrollar a los demás; la solidez de sus límites internos y externos; su relación con el tiempo, las personas y las actividades de alto valor; así como su capacidad para reunir cualidades constantes.

Yo llamo a estas cualidades comunicación y marca personal; Harvard Business Review se refiere a ellas como comunicación, confianza y un aspecto pulcro.

El motor interno

Las piezas de mi lista que Harvard Business Review no reconoce son como el motor que impulsa un Lamborghini. Son las piezas que la gente no ve pero que son superpotentes, con válvulas de titanio. El coche no funcionaría sin ellas; sería una cáscara vacía.

Cultivar la presencia ejecutiva consiste en asegurarse de que se trabaja primero en el motor interno, porque el elegante diseño exterior (la comunicación y la marca personal) resulta más auténtico y más seguro cuando está impulsado por un motor fuerte.

El trabajo significativo influye positivamente en la satisfacción laboral, el desarrollo profesional, el estrés, la salud y el bienestar en general.

Pongamos como ejemplo un trabajo con sentido.

La búsqueda de un trabajo significativo es una necesidad humana innata. A medida que disminuyen las fuentes tradicionales de apoyo comunitario y social, el trabajo se ha convertido en una fuente crucial de identidad y significado personal.

En 2019, el 71 por ciento de las personas creía que el trabajo significativo se había vuelto más importante respecto a cinco años antes, según Beaumont People registró en el Meaningful Work Insights Report de 2023 de la compañía.

Como era de esperar, el 98 por ciento de los encuestados coincidieron en la importancia de tener un trabajo significativo. Además, éste influye positivamente en la satisfacción laboral, el desarrollo profesional, el estrés, la salud y el bienestar en general.

Piezas móviles

Las organizaciones también se benefician de la creación de un trabajo significativo, ya que los empleados muestran mayores niveles de compromiso, menos bajas por enfermedad y un mayor compromiso con la organización, lo que se traduce en un mejor rendimiento organizativo, incluso en tiempos difíciles.

Como líder, si te dedicas a un trabajo significativo, estos beneficios que cosechas para ti y para tu organización son como añadir compresión a tu motor para aumentar su potencia. Nadie sabrá lo que has hecho en concreto, pero percibirán la mejora del rendimiento en el exterior.

 

Los que priorizan su rendimiento motor en primer lugar, y sólo después miran su exterior, son los que saben cultivar la presencia ejecutiva.

Con el tiempo, si quieres cultivar tu presencia ejecutiva tienes que seguir cuidando tu motor. Tienes que entender cómo funcionan todas esas piezas juntas, cómo depende cada una de la siguiente, asegurándote de que están bien cuidadas para obtener el máximo rendimiento. A continuación, puedes fijarte en el diseño exterior. Sí que importa.

Pero los líderes que se centran demasiado en su diseño exterior, a costa de su motor, corren el riesgo de agotarse, de que éste falle o, peor aún, de convertirse en una cáscara vacía. Los que priorizan el rendimiento de su motor en primer lugar, y sólo después se fijan en su exterior, son los que saben cómo cultivar la presencia ejecutiva.

Nina Mapson Bone

Miembro del Grupo de Colaboradores

Autora de ‘Trabajo significativo: Desbloquee su camino único hacia la realización profesional’, Nina Mapson Bone es estratega personal, consultora, presidenta y oradora principal. Consulta con juntas directivas, directores ejecutivos, fundadores y ejecutivos sobre cómo cerrar la desconexión entre la estrategia y las necesidades, motivaciones y capacidades de su gente. La carrera ejecutiva de Nina se ha extendido por tres continentes y sectores diversos. Anteriormente fue Directora General de Beaumont People, donde lideró un período de crecimiento significativo para la organización, durante el cual fue reconocida con múltiples premios. Para obtener más información, visite https://www.ninamapsonbone.com.au/

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