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Aprender olímpicamente

Ginni Rometty, ex CEO de IBM y actual copresidenta de OneTen, revela cómo podemos triunfar en el futuro, con el tan cambiante entorno al que nos enfrentamos.

Ginni Rometty es pionera en la ciencia, ha sido una inspiración para muchas mujeres en el área de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y la empresa. Tras convertirse en la primera mujer presidenta y consejera delegada de IBM, ha sido aclamada como una de las mujeres más poderosas del mundo.

Tras dejar su cargo hace tres años, Rometty escribió Good Power: Leading Positive Change in Our Lives, Work and World (Buen poder: liderar un cambio positivo en nuestras vidas, nuestro trabajo y nuestro mundo). También es fundadora y copresidenta de la organización benéfica OneTen, que continúa la labor que inició en IBM ayudando a personas desfavorecidas a acceder a oportunidades de empleo y formación.

Rometty es demasiado consciente de lo diferente que podría haber sido su vida. Al crecer en un hogar monoparental, vio cómo su inspiradora madre trabajaba duro y seguía estudiando para aumentar su sueldo mientras cuidaba de cuatro hijos.

Confiando en la amabilidad de su comunidad, en las ayudas del gobierno y viendo cómo la educación era un camino hacia el éxito, Rometty consiguió una beca para la universidad y comenzó su ascenso a la cima. Se llevó consigo la lección de “nunca dejes que otros definan quién eres” y floreció.

“Cuando era joven, mi definición de éxito - considerando mi infancia - era solo supervivencia y quizá independencia económica”

Tras haber tenido tiempo para reflexionar mientras escribía Good Power, se encuentra en un buen momento para definir el éxito en entrevista exclusiva con The CEO Magazine.

“Ha cambiado con el tiempo”, dice, pensativa. “Cuando era joven, mi definición de éxito – considerando mi infancia – era solo supervivencia y quizá independencia económica. Después me di cuenta de que no se trata de uno mismo, sino de los demás”, añade.

“Yo lo habría definido como tener un impacto positivo de algún tipo. Mi tercer círculo de impacto ahora incluye crear mejores oportunidades para más gente. Supongo que es realmente una progresión: yo, nosotros y luego el gran nosotros”, asegura.

Ser el cambio

Las ganas de vivir de Rometty son contagiosas. No cabe duda de que muchas mujeres jóvenes se han sentido inspiradas y se les han abierto puertas gracias a ella. Pero admite que a veces se ha sentido incómoda por el hecho de que se destaque su género.

“Hubo momentos en los que no quería que se me reconociera como mujer: déjenme hacer mi trabajo y vean los resultados”, comparte.

Sin embargo, se dio cuenta de la importancia de animar a los demás. “Recuerdo que algunos de los artículos escritos cuando me convertí en directora general de IBM decían: ‘Su éxito o fracaso podría determinar el resultado para todas las mujeres’”, cuenta.

Eso me dio un sentido de la responsabilidad que ha crecido con el tiempo. “Ese dicho: ‘La gente no puede ser lo que no puede ver’. Cuando te nombran en esas listas de poder, tienes la responsabilidad de hacer algo bueno con ello, así es como yo lo veía”, confiesa.

Rometty no solo asumió su condición de referente, sino que empezó a apoyar y crear un cambio sistémico en un sector hasta entonces dominado por los hombres. “No es que sean necesarias más mujeres líderes. Creo que esos ‘rasgos femeninos’, es decir, que sepas escuchar, desarrollar, ser empática, pero también con carácter, deben valorarse más”, explica.

Echando la vista atrás a las últimas cuatro décadas, Rometty se alegra de ver una expectativa de que los líderes se eleven y se conviertan en una fuerza del bien. “Definitivamente creo que se espera más de ellos. En cierto modo, forma parte de ser un líder auténtico”, afirma.

“Creo que esos ‘rasgos femeninos’, el que sepas escuchar, desarrollar, ser empática, pero también con carácter, deben valer más”.

“Creo que ahora la mayoría de la gente mira a sus líderes y espera que les ayuden a ser mejores personas. Mi trabajo es hacer mejor al equipo. Creo que en este momento en que hay tanta diversidad, ya sea de géneros, orígenes, creencias  y digamos, opiniones, la capacidad de hacer que todos se sientan bienvenidos y quieran hacer el mejor trabajo es el tipo de líder que la gente quiere”, asegura.

Esta forma de trabajar y el concepto de contratación “skills-first” se han convertido en un movimiento que ella espera que crezca y se consolide. Fue una razón empresarial la que la llevó a considerar candidatos a un puesto de trabajo que no tuvieran una licenciatura de cuatro años. IBM empezó a contratar estudiantes de un instituto único que ofrece cursos en colegios comunitarios, con lo que pudo ver el talento que había en este grupo de personas sin la titulación tradicional.

Se trata de alumnos entusiastas, adaptables y trabajadores, que son las competencias clave que necesitan, aunque no tengan las calificaciones tradicionales. En general, estos empleados obtuvieron lo que habrían necesitado para marcar esa casilla mientras trabajaban.

“Simplemente tenían un punto de partida diferente: donde empiezas no es donde acabas”, explica Rometty.

Esta líder inspiradora está llevando adelante este concepto con OneTen, cuyo objetivo es cerrar la brecha de oportunidades para el talento en personas con piel de color y otros que no tienen un título de cuatro años mediante la creación de oportunidades para ganar éxito y encender el potencial con las empresas miembros de la coalición.

“El asesinato de George Floyd fue un impulso para decir ‘aquí hay un grupo infrarrepresentado’ – el 80 por ciento de los afroamericanos no tienen título universitario – y un enfoque basado en las competencias sería una forma de que consiguieran los puestos de trabajo ascendentes. Sentí que este enfoque era importante para que la gente creyera que tenía un futuro mejor en este país”, afirma.

Un futuro de aprendizaje constante para todos

Rometty admite que el desarrollo y la acumulación de nuevas habilidades a lo largo de la vida serán aún más importantes, especialmente con el papel que desempeña la IA.

“Todo el mundo va a tener que volver a aprender, ya que su trabajo está cambiando. Creo que el concepto de contratación ‘skills-first’ se convertirá en una auténtica estrategia de talento para toda la plantilla”, explica.

Se trata de una estrategia que también tiene en cuenta a las madres que se reincorporan al trabajo y a quienes no han podido costearse las vías tradicionales de acceso a la educación, sumándose así a la diversidad.

Rometty ha descubierto que aprender continuamente le ha permitido mantenerse en la cima de su carrera. También está claro que la pasión que transmite procede de lo que ella denomina aprendizaje constante.

“Siempre que la gente me dice: ‘Soy un aspirante a director general, ¿cuál es tu consejo?’, yo les digo: ‘Aprende olímpicamente’ y podrás hacer casi cualquier cosa”.

“Empecé aprendiendo las cosas que tenía que aprender para ayudar a un cliente, de forma reactiva. También me intereso de forma proactiva por una serie de cosas, simplemente porque cuanto más amplia es tu gama de experiencias, mayor es tu capacidad para resolver problemas a la gente. Intentas ayudar a conectar muchos puntos diferentes porque has tenido experiencia o has aprendido algo y eso es realmente valioso”, dice.

Rometty es muy consciente de que esta mentalidad no suele fomentarse en los entornos corporativos y de que tradicionalmente hemos “terminado” la educación en lugar de verla como una habilidad a la que añadir con el tiempo. Pero para prosperar en el mundo laboral del futuro, Rometty nos anima a cambiar esa visión.

“Se trata más bien de tu disposición a aprender, y si no lo haces a menudo la gente se muestra reticente. Me di cuenta de que cuando contratamos a gente que llevaba mucho tiempo haciendo lo mismo, era muy difícil conseguir que quisieran aprender algo nuevo”, comparte.

“Siempre que la gente me dice: ‘Soy un aspirante a director general, ¿cuál es tu consejo?’, yo les digo: ‘Aprende olímpicamente’. Si lo haces, entonces eres la única persona que se limitará a sí misma, porque probablemente podrías hacer casi cualquier cosa si sigues aprendiendo toda tu vida”, afirma.

Rometty reconoce que esto está fuera de la zona de confort de muchos, pero siempre ha abogado por seguir adelante para crecer.

“El título alternativo del libro podría haber sido ‘El crecimiento y la comodidad no pueden coexistir’. Es una frase fácil de recordar, pero se trata de replantear el riesgo”, piensa.

“No asocies el riesgo con el miedo, sino con el aprendizaje. Cuanto más lo hagas, más resiliencia tendrás. Ahora asocio esa incomodidad con el aprendizaje. Siempre me he dedicado a la tecnología, pero la era actual avanza rápido y afectará de alguna manera a un número mucho mayor de personas y pondrá a más gente en la posición de tener que aprender algo. Espero que empiecen a asociarlo con algo bueno”, comenta.

“También hay que preparar a la sociedad para que tenga un futuro mejor porque esa tecnología está ahí”.

En Good Power, Rometty habla de la necesidad de que quienes trabajan en tecnología sean administradores de la buena tecnología; es decir, de mitigar los inconvenientes de los nuevos desarrollos tanto como de destacar los aspectos positivos.

“Tenemos que generar confianza en la tecnología. ¿Sabes cómo se entrena? ¿Es explicable? Creo que lo conseguiremos, pero no creo que la respuesta para el mundo sean motores de caja negra de dos o tres empresas. Espero que la innovación siga abierta”, señala.

“También hay que preparar a la sociedad para que tenga un futuro mejor porque la tecnología está ahí, eso significa enseñarles nuevas habilidades. Va a ser un nuevo paradigma de educación constante a lo largo de nuestra vida. Probablemente pasaremos por algunos periodos incómodos, pero a la larga, confío mucho en que haya suficiente gente buena que quiera ver cómo se solucionan ambos lados de esto”, indica.

Pedir ayuda significa fortaleza

Rometty cree que buscar la siguiente experiencia de aprendizaje y pedir ayuda le ha permitido seguir adelante.

“Hago mucho coaching y veo un gran descarrilamiento con líderes que piensan que pedir ayuda es una debilidad, cuando en realidad es un signo de fortaleza que puedas admitir lo que no sabes”, dice.

“Estuve a punto de estrellarme varias veces hasta que aprendí rápidamente a pedir ayuda. Los mejores líderes son los que piden ayuda, y el efecto secundario de pedir ayuda es que la gente quiere que tengas éxito cuando se han alistado para ayudarte”, explica.

Además de pedir ayuda, escuchar los comentarios y asumir lo que se pueda es también un buen consejo.

“Como líder, tu papel es creer en las personas más de lo que ellas creen en sí mismas”.

“Escucha una crítica y saca lo valioso de ella, pero no dejes que te defina, sigue adelante”, aconseja. “Mucha gente no escucha las críticas. Yo escucharé, buscaré la verdad y haré el cambio”, agrega.

“No puedo ni empezar a contarte cuántas personas comparten historias sobre alguien que les dijo que eran buenos o creyó en ellos cuando ellos no creían en sí mismos. Es crucial que, como líder, tu papel sea creer en las personas más de lo que creen en ellas mismas”, afirma.

Al repasar su increíble carrera, hay mucho de qué enorgullecerse.

“Lo primero que me viene a la mente es personal, no profesional. Tengo un maravilloso matrimonio de 44 años con mi marido Mark y hay quien dice que este libro es una carta de amor para él”, dice, sonriendo.

“Me enorgullece decir que puse las bases de IBM para la próxima generación porque creo que fui el puente entre su pasado y su futuro. Era una empresa que amaba, pero había llegado el momento de marcharme y creo que es un truco para varios líderes encontrar ese momento: muchos se quedan demasiado tiempo”, asegura.

En su opinión, aunque un capítulo de su vida ha terminado, no hay duda de que el actual será aún más satisfactorio e impactante.

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