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Historia, sabor y diversión en un paraíso terrenal con acceso al mediterráneo.

Portofino, un antiguo pueblo pesquero en la costa de la Riviera italiana, ha sido un símbolo internacional de la dolce vita desde los años 50 y 60, cuando estrellas de cine y otras personalidades como Elizabeth Taylor, Grace Kelly, Ingrid Bergman, Frank Sinatra y Brigitte Bardot pasaban allí sus vacaciones.

Actualmente, en este sitio se pueden observar más yates que barcos de pesca, ya que millonarios y famosos siguen acudiendo a disfrutar esta idílica parte de Italia. Algunos, como Domenico Dolce y Stefano Gabbana, poseen una villa allí; así como ellos, son muchos los que se enamoran de esta pintoresca zona del país.

La vida en Portofino gira en torno a la pintoresca piazzetta adoquinada, como se conoce a la Plaza Martiri dell’Olivetta.

Situada en la punta de un promontorio de la Riviera di Levante, en Liguria, Portofino fue colonia del Imperio Romano y se convirtió en parte de la República de Génova en 1229. A lo largo de los siglos, ha sido gobernada por franceses, ingleses, españoles y austriacos; los ricos británicos pasaron por ahí en la época del Grand Tour.

Si viajas a Italia puedes planear una visita a este paraíso del mediterráneo. A continuación te contamos cómo pasar un día perfecto en Portofino.

Por la mañana

Inicia el día con un capuchino y un trozo de focaccia genovesa, como lo hacen los lugareños. Aunque se puede encontrar focaccia en toda Italia, la receta en esta zona de Liguria es famosa por su delicioso sabor. Es espesa y suave; los lugareños incluso mojan trozos de este pan aceitoso en su capuchino.

La mejor panadería para encontrarla es Panificio Pasticceria Tossini, que tiene establecimientos en las ciudades cercanas como Rapallo, Recco, Sori y Chiavari. También elaboran la típica focaccia di Recco, que lleva queso stracchino fundido entre dos finas capas de focaccia, así como la farinata, un pan plano hecho con harina de garbanzos.

La actividad en la ciudad es muy tranquila, por lo que muchos aplican la frase il dolce far niente, “la dulzura de no hacer nada”. La vida en Portofino gira en torno a la pintoresca piazzetta adoquinada, como se conoce a la Plaza Martiri dell’Olivetta.

Si te sientes ambicioso, puedes caminar hasta el faro, haciendo una pausa en Castello Brown, que data de la Edad Media.

Rodeada por edificios históricos pintados en varios tonos de rosa, naranja y amarillo, la piazzetta es el centro de atracción; las calles cercanas cuentan con tiendas de diseñadores de la talla de Dolce & Gabbana, Armani y Loro Piana, así como pequeñas boutiques independientes que venden ropa de lino, zapatos y recuerdos.

El otro extremo colinda con el puerto deportivo. Sigue la curva del puerto hacia el Club Náutico y encontrarás el Museo del Parco, un jardín de esculturas al aire libre con obras de artistas como Man Ray, Gino Severini y Arnaldo Pomodoro.

También puedes caminar hasta el faro, haciendo una pausa en el Castello Brown, que data de la época de la Edad Media aunque fue restaurado posteriormente. Fue propiedad del cónsul inglés de Génova desde 1870 hasta 1961, cuando abrió sus puertas al público.

Por la tarde

Para un almuerzo tranquilo, reserva en el Ristorante Puny,  justo en la piazzetta. Abrió sus puertas en 1853.

El menú es sencillo y tradicional, con aperitivos como jamón serrano con melón o ensalada de mariscos. Después, opta por la pasta trofie con pesto, judías verdes y patatas. La albahaca que crece en esta parte de Liguria es legendaria y el pesto de albahaca hecho con ella es el mejor que se puede encontrar.

Puedes alquilar un barco que te lleve por la costa o conducir hasta Paraggi, en la cercana localidad de Santa Margherita Ligure, la única playa de arena de la zona.

Por la tarde, puedes alquilar un barco que te lleve por la costa o conducir hasta Paraggi, en la cercana localidad de Santa Margherita Ligure, la única playa de arena de la zona.

Podrás encontrar pueblos encantadores en los alrededores como Recco, donde se puede degustar la mencionada focaccia di Recco hecha con queso fundido, y Camogli, que tiene una pintoresca playa de guijarros, tiendas, bares y restaurantes con vistas a ella.

Por la noche

Si deseas pasar una o dos noches en la zona, puedes hospedarte en el Grand Hotel Bristol de Rapallo, a 20 minutos en coche de Portofino. Construido en 1904 con el elegante estilo liberty, cuenta con una piscina al aire libre con vista a la costa y un spa para consentirte.

Relájate con un masaje y luego visita Le Cupole, donde podrás disfrutar de especialidades regionales como pesto de albahaca sobre ñoquis de patata con judías verdes.

El personal del hotel también podrá recomendarte las mejores ciudades para visitar, dónde probar un Aperol Spritz y ayudarte a hacer las reservas.

Este artículo se publicó por primera vez en Quintessentially y se comparte con su autorización. Para más información, visita Quintessentially.com
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