Regresar
El ‘dirty martini’ retoma fama en una nueva generación.

La historia del dirty martini, un cóctel que fue inventado en la década de 1870, está relacionada a la salmuera de aceituna utilizada para agriar el enebro de la ginebra. También es una historia ligada a la ciudad de Nueva York.

Se dice que John E O’Connor añadió salmuera de aceituna a un clásico martini en el famoso hotel Waldorf Astoria de Nueva York en 1901, lo que supone su creación. Sin embargo, hasta 1930 una publicación de My New Cocktail Book, de GH Steele, sugería un poquito de salmuera de aceituna en una receta de martini.

A pesar de su evolución, el dirty martini sigue siendo un cóctel clásico. Los mejores se pueden encontrar en algunos bares de Nueva York, donde talentosos mixólogos elaboran excepcionales martinis que captan a la perfección la esencia de esta bebida icónica que sigue compitiendo con cualquier otra de moda.

La salmuera salada de aceitunas le añade una exquisita textura que lo ha convertido desde hace tiempo en la bebida preferida durante los elegantes almuerzos en Manhattan, y ha tomado fuerte demanda entre las generaciones más jóvenes que acuden a los clásicos bares de Nueva York como el Bemelmans de The Carlyle y el Rainbow Room. Esta tendencia también ha dado lugar a deliciosos platillos inspirados en el dirty martini inyectando un toque de su peculiar sabor; por mencionar algunos ejemplos: al pollo asado y la pasta.


Brasserie Cognac

En 2013, el restaurador Florian Hugo abrió Brasserie Cognac en el Upper East Side, el hogar del encanto parisino en Nueva York. Uno de los mejores dirty martini de la ciudad se puede encontrar ahí, un lugar de rodaje frecuente de la serie Sex and the City. Cada uno incluye tres aceitunas castelvetrano medianas y deshuesadas de Bel Aria, que Bon Appétit calificó como las mejores aceitunas.


Orsay

En un restaurante en Orsay, al escucharme ordenar la bebida, un comensal se inclinó hacia mí para decirme que había pedido un martini Vesper porque es la bebida elegida por James Bond en la película Casino Royale. No se puede escribir sobre martinis sin mencionar a su principal promotor.

En Brasserie Cognac en el Upper East Side, antes el exclusivo Mortimer’s, repleto de famosos, los dirty martini se sirven con la salmuera de las aceitunas deshuesadas de Cosmo. En la copa se incluyen tres aceitunas grandes entre los pequeños trozos de hielo. Es delicioso.


Knickerbocker Bar & Grill

Las aceitunas sin hueso Holland & York son el sabor característico de los dirty martini que se preparan en Knickerbocker Bar & Grill, un modesto y discreto bistró con el clásico glamour de la vieja escuela y un atento servicio. La comida es tan buena como en muchos otros restaurantes más costosos.

Hablamos del ambiente donde el personaje de Adam Driver canta Being Alive en Historia de una boda, de Noah Baumbach, acompañado por el piano de cola del restaurante que ameniza a los clientes cada viernes por la noche.


Casino

Ningún restaurante resume mejor el deseo por salir a cenar en la Gran Manzana que Aisa Shelley’s Casino, en el Lower East Side, mismo que abrió sus puertas a finales de 2022. Este restaurante italiano registra alta demanda en sus reservaciones para probar el pan de nduja con mantequilla de miel, las ostras a media concha y los banquetes en forma de media luna.

Su dirty martini aún no es tan popular como el espresso martini. De hecho, ni siquiera está en la carta. Pero con un poco de zumo de un tarro de aceitunas deshuesadas reina imperial y adornado con tres de gran tamaño, es suficiente.


El Quijote

En El Quijote del recién reabierto Hotel Chelsea, un legendario hotel que estuvo en construcción durante casi una década antes de abrir sus puertas a principios de este año, hay un sorprendente aspirante al mejor dirty martini.

Las tapas y la comida tradicional española del chef Byron Hogan maridan bien con el dirty martini ya que utiliza salmuera de aceitunas gordal.


Frankies 457 Spuntino

En el barrio de Cobble Hill, en Brooklyn, los comensales suelen hacer lista de espera para entrar a un entrañable restaurante italiano que sigue siendo un clásico de la zona desde su apertura en 2004. Frank Castronovo y Frank Falcinelli son los copropietarios y operadores de este local pionero en la elaboración de crostini, un aperitivo italiano en pequeñas rodajas de pan tostado, un elemento básico en el menú de muchos lugares.

Su versión del dirty martini se desvía de la receta original ya que no utiliza salmuera de aceituna sino su propio aceite de oliva virgen elaborado en su granja en Sicilia con aceitunas Nocellara Del Belice.

Este artículo se publicó por primera vez en Quintessentially y se comparte con su autorización. Para más información visite Quintessentially.com
Volver al principio