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En el acelerado entorno laboral actual, mantenerse presente es más difícil que nunca, lo que afecta tanto a la productividad como al bienestar. Sin embargo, al utilizar la atención plena, las personas pueden recuperar la concentración y alcanzar su máximo potencial en el lugar de trabajo.

Quizá te sorprendan las investigaciones que revelan que un asombroso 47 por ciento de nuestro tiempo no lo vivimos en el presente. Esto tiene una serie de implicaciones para nuestra vida laboral.

Aparte de todo lo demás, es difícil imaginar cómo vamos a hacer las cosas si no podemos enfocarnos y concentrarnos cuando estamos en el trabajo. Pero en realidad hay más cosas que considerar.

El impacto de los prejuicios negativos

Al considerar nuestra atención y dónde está, otro factor importante es nuestro sesgo negativo inherente. La neurociencia nos dice que somos significativamente más propensos a inclinarnos hacia pensamientos negativos que positivos.

¿Qué significa esto para nosotros en el trabajo? Cuando nuestra mente divaga, no piensa en esas felices vacaciones en Fiji o en la fiesta que nos espera el fin de semana. Piensan en algo que ha ido mal en nuestro pasado o en algo que nos preocupa que vaya mal en el futuro.

Al considerar nuestra atención y dónde está, otro factor importante es nuestro sesgo negativo inherente.

Me encanta el meme: “Tengo 100 problemas; 97 de ellos nunca han ocurrido”. Creo que todos podemos identificarnos con esta situación. Pero lo que ocurre en realidad en estos casos es que nuestro cerebro no reconoce que se trata solo de pensamientos que en realidad no están ocurriendo.

Como resultado, nuestro cuerpo reacciona a esta amenaza percibida y se pone en marcha nuestra respuesta al estrés. Es importante señalar que experimentar estrés en episodios breves es natural e incluso útil.

Sin embargo, cuando esta respuesta se mantiene durante un periodo prolongado, por ejemplo el 47 por ciento del tiempo en el que no estamos prestando atención, puede afectar significativamente a nuestra salud y bienestar general, y provocar agotamiento.

La realidad del lugar de trabajo

¿Cómo te afecta esto en el trabajo? Podrías estar sentado en tu mesa un día cualquiera sin ninguna preocupación real, pero como no estás en el presente, no estás prestando atención.

Tu mente divaga y empiezas a preocuparte por algo que dijiste en la reunión de ayer o a temer que no vas a ser capaz de cumplir el plazo que se acerca el viernes, cuando – en realidad – estás del otro lado.

Estos pensamientos activan la respuesta al estrés, y la adrenalina empieza a actuar. Cuando esto ocurre, es más probable que reacciones en lugar de actuar. En el trabajo, esto podría parecer así:

Molestar a un compañero de trabajo

Enviar un correo electrónico sin consideración

Tomar decisiones que luego te cuestionas

Si tienes las herramientas necesarias para darte cuenta de cuándo te preocupas por cosas que no están sucediendo en ese momento, puedes volver de esas “preocupaciones” al presente. Esto permitirá que tu adrenalina se calme y, como resultado, tendrás más posibilidades de responder, no de reaccionar, a lo que sea que esté ocurriendo en el trabajo.

Utilizar estas herramientas para entrar en el presente te llevará a tener un mejor día y mejores resultados para ti y tu equipo.

Recuperar nuestro enfoque

Una vez que comprendimos que nuestra atención está fragmentada y el impacto que ello tiene en nuestro día a día en el trabajo, debemos plantearnos cómo recuperar la concentración. ¿Qué herramientas necesitamos para recuperar la atención?

Por desgracia, frecuentemente sufren malentendidos porque esa herramienta es la atención plena, que se ha convertido en una palabra de moda y con ello ha perdido parte de su impacto.

Al disponer de las herramientas necesarias para darte cuenta de cuándo te preocupas por cosas que no están sucediendo realmente en este momento, puedes volver de esas ‘preocupaciones’ al presente.

En esencia, el mindfulness consiste en prestar atención. Nos permite gestionar nuestra atención y recuperar el control sobre nuestros pensamientos. A continuación expongo algunas de sus ventajas en el entorno laboral:

• Atención y concentración: Estar plenamente presente en el trabajo ofrece la ventaja de poder enfocarse y concentrarse. Dados los tiempos complejos que vivimos, esto nunca ha sido más importante si queremos encontrar soluciones a los retos a los que nos enfrentamos.

• Actuar antes que reaccionar: La regulación emocional es otro beneficio. Cuando se desencadena nuestra respuesta al estrés, nuestra amígdala impulsa reacciones emocionales que pueden llevarnos a reaccionar en lugar de actuar. Sin embargo, cuando tenemos la habilidad de volver al presente, nuestro córtex prefrontal asume el control y es más probable que actuemos teniendo en cuenta las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones.

• Mejora de las relaciones: Esto se traduce naturalmente en una regulación emocional con un mayor control de nuestras respuestas emocionales: es más probable que tengamos equipos que se lleven bien y entonces creamos un entorno en el que pueden prosperar la creatividad y la innovación.

Atención plena en la práctica

Ahora que ya conocemos los beneficios, ¿cómo podría ser el mindfulness para ti y tu equipo? Hay que tener en cuenta dos facetas:

Una práctica dedicada

Su integración en las rutinas diarias

Al considerar la atención plena, es posible que pienses en una práctica asentada en la que la gente utiliza lo que a menudo se denomina un “ancla” para volver al momento presente. Aunque para muchos este ancla es la respiración, es importante tener en cuenta que esto puede no ser adecuado para todo el mundo.

Afortunadamente, hay anclajes alternativos para explorar:

Algunas personas se concentran en una palabra concreta.

Otros se centran en lo que oyen, huelen, ven o sienten.

Las personas pueden preferir una exploración corporal, observando distintas partes de su cuerpo para estar presentes.

Las meditaciones guiadas, facilitadas por diversas aplicaciones, ofrecen otra oportunidad para entrar en el presente.

Independientemente del anclaje elegido, el principio fundamental se mantiene: cada vez que la mente divaga, el individuo la redirige suavemente de vuelta al momento presente. Mediante la práctica regular, las personas entrenan su cerebro para priorizar la concentración y la atención.

Esta práctica es como ir al gimnasio, donde la repetición fortalece el músculo de la atención, lo que hace que esté más disponible cuando sientas que necesitas recuperar la atención.

Integración en la vida diaria

Pero también puedes incorporar la atención plena a tu día a día, lo que a mí me gusta llamar momentos de “reinicio y recarga”. La atención plena no se limita a una sesión de 10 minutos por la mañana o por la noche; puede integrarse en nuestro día a día para gestionar lo que yo llamo nuestra “temperatura general”.

A menudo, nuestros niveles de estrés aumentan a medida que avanza la jornada laboral, comenzando quizás en un tranquilo 1/10 pero alcanzando un estresante 5/10 a la hora de comer. Las prácticas de atención plena sirven para restablecer nuestros niveles de estrés, evitando que aumenten sin control.

Este enfoque de ‘bajar la temperatura’ te coloca en una mejor posición para tomar mejores decisiones.

Además, el mindfulness puede ser especialmente beneficioso en momentos de tensión laboral, como:

Seguir una llamada o reunión difícil

Recibir un correo electrónico negativo

Recibir malas e inesperadas noticias

En esos momentos, cuando el corazón se acelera y el estrés aumenta, estas prácticas pueden ayudarnos a restablecernos. Siempre insisto a mis clientes en que, aunque no eliminen por completo el factor estresante, sí pueden reducir su intensidad.

Este enfoque de “bajar la temperatura” te sitúa en una mejor posición para tomar mejores decisiones.

Técnicas prácticas de atención plena

¿Qué aspecto puede tener esto en el trabajo?

Dar un paseo, pero en lugar de pensar en lo que te preocupa, sentir cómo tus pies tocan el suelo y fijarte en lo que te rodea.

Comer o beber de forma consciente, prestando atención a cada bocado o sorbo; sentir el calor de la taza, notar el sabor. Creo que todos hemos terminado alguna vez un café y nos hemos dado cuenta de que no lo habíamos probado.

Concéntrate en la respiración abdominal profunda, calmando lentamente el ritmo de tu cuerpo.

Observar lo que te rodea (lo que ves, oyes y sientes) y tomar conciencia de lo que te rodea.

Estas prácticas pueden parecer sencillas, pero de eso se trata y por eso son eficaces, porque son fáciles y no requieren demasiado tiempo. La clave está en la constancia y en acordarse de utilizarlas cuando sea necesario.

Te animo a que pienses en cuál de ellas podría funcionar para ti. Si incorporas la atención plena a tu vida diaria, podrás regular tu “temperatura” en un mundo que puede parecer bastante caótico.

En resumen, no se pueden ignorar los beneficios del mindfulness en el lugar de trabajo. Cuando tu personal esté equipado con herramientas de mindfulness, tendrás personas capaces de concentrarse y seguir adelante.

Tendrás equipos capaces de colaborar y más posibilidades de lograr la innovación y la creatividad que todos deseamos en nuestros equipos. No se trata de algo que está bien tener, sino de algo que es imprescindible tener si queremos que nuestra gente y nuestros equipos estén comprometidos y prosperen en el trabajo.

Las opiniones expresadas por los colaboradores de The CEO Magazine son suyas.

Sharon Darmody

Miembro del Grupo de Colaboradores

Sharon Darmody es terapeuta ocupacional y organizacional, coach, autora y cofundadora de Strive Occupational Rehabilitation. Ha trabajado en la Asociación Australiana de Proveedores de Rehabilitación y es muy respetada en la industria con más de 25 años de experiencia. Su nuevo libro, 'Work your MAGIC', está diseñado para líderes de todos los niveles para ayudar a los equipos y a las personas a redescubrir lo que hace que el trabajo vuelva a funcionar. Para obtener más información, visita https://www.sharondarmody.com/

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