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Atrás quedaron los tiempos en que los granjeros estaban aislados de la tecnología. Hoy en día, las granjas buscan ser más eficientes utilizando tecnología y equipos de varios millones de dólares.

Más rendimiento con menos recursos: es un reto que los agricultores de todo el mundo tratan de resolver. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la inseguridad alimentaria global ha alcanzado el 29 por ciento. Esto significa que más de mil millones de personas se enfrentan a ella.

Considerando que se espera que la población mundial llegue a los 10,000 millones de personas en 2050, el aumento de la demanda de alimentos es imparable. Al mismo tiempo, la escasez de producción agrícola está afectando a las cadenas alimentarias. De hecho, los agricultores y ganaderos luchan por encontrar personas dispuestas a cosechar y procesar sus alimentos, incluso fuera de sus fronteras.

En 2021 el Sindicato Nacional de Agricultores del Reino Unido escribió al Primer Ministro solicitando la puesta en marcha de un “visado de recuperación COVID-19” para paliar la escasez de mano de obra en toda la cadena de suministro, mientras que en los Estados Unidos, con la disminución de la población rural y el aumento de las oportunidades fuera de la granja, muchos agricultores han recurrido a traer mano de obra de otros países a través del programa de visas agrícolas, H-2A.

Los recursos son escasos

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), el 37.6 por ciento de la superficie terrestre se destina a la agricultura y en países como México, la mayor parte del uso de agua es en este sector (77 por ciento según Conagua). 

El uso sostenible de los recursos de la tierra es clave para mitigar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Gracias a las nuevas tecnologías, los granjeros pueden contribuir a que su cadena de suministro de alimentos sea más sostenible en la medida en que reducen sus emisiones de carbono.

El uso de drones, tractores autónomos y robots agrícolas son algunas de las innovaciones que podrían ser clave para el futuro abastecimiento de alimentos.

“Hasta hace poco, la agricultura siempre ha consistido en hacer más con más: más caballos, más insumos, más hectáreas; pero la nueva era digital está cambiando todo eso”.

- John Deere CTO Jahmy Hindman

“Hasta hace poco, la agricultura siempre ha consistido en hacer más con más: más caballos, más insumos, más hectáreas; pero la nueva era digital está cambiando todo eso. En la última década, se ha tratado de hacer más con menos, y de proporcionar a los agricultores herramientas para tomar decisiones informadas”, afirmó Jahmy Hindman, CTO de John Deere, el mayor fabricante mundial de maquinaria agrícola, en la presentación de su primer tractor 100 por ciento autónomo en el CES de las Vegas. 

Los tractores sin conductor pretenden liberar a los agricultores de jornadas de entre 8 y 12 horas al volante, permitiéndoles tomar el control a través de una aplicación en su teléfono o computadora. El agricultor puede utilizar la aplicación para colocar el tractor, conducir a lo largo de un campo, dar la vuelta, volver, así como maniobrar para sortear obstáculos. La firma no ha dicho cuánto costarán estos tractores, pero la tecnología se implementará en los tractores 8R.

Los modelos de esta serie tienen entre 230 y 410 caballos de fuerza y, sin la tecnología autónoma, se venden en un rango entre 272,000 y 427,000 dólares, un precio comparable al de un Ferrari.

En el caso de los drones, estos están ayudando a los agricultores a aumentar la producción y controlar el crecimiento de los cultivos para obtener el máximo rendimiento. Los granjeros los utilizan para extraer muestras del suelo y comprobar la temperatura, la humedad y la altitud, así como ayudar a pulverizar pesticidas. 

La automatización del futuro es ahora

La industria agrícola no es ajena a la automatización. La robótica se introdujo por primera vez en el sector para ayudar a guiar vehículos en la década de 1920, y ahora es habitual que los agricultores utilicen sembradoras, pulverizadoras y cosechadoras guiadas por GPS, por no hablar de la amplia gama de máquinas automatizadas que se utilizan en otras partes de la cadena de suministro agrícola.

Pero hay un trabajo que ha sido especialmente difícil -y hasta ahora imposible- para los robots: la recolección de frutos y específicamente, los frutos rojos, ya que requiere de un tacto delicado y diestro, con la capacidad de maniobrar alrededor de las plantas para poder acceder a la fruta desde el mejor ángulo.

Fundada en 2015 por Duncan Robertson (CEO), Edward Herbert (COO) y Mat Cook (CSO), y con el apoyo de inversores locales, la empresa emergente Dogtooth Technologies, con sede en el Reino Unido, está desarrollando robots con estas habilidades. Es más, los robots son capaces de recoger las frutas y luego ponerlas frente a una cámara donde se pueden inspeccionar en busca de defectos.

De acuerdo con Herbert, “el 40 por ciento de la fruta se desperdicia en toda la cadena de suministro y de ese porcentaje, aproximadamente el 40 por ciento es fruta que se echa a perder antes de cosecharla”, asegura.

 

 

“El 40 por ciento de la fruta se desperdicia en toda la cadena de suministro y de ese porcentaje, aproximadamente el 40 por ciento es fruta que se echa a perder antes de cosecharla”.

- Edward Herbert, co fundador de Dogtooth Technologies

En entrevista con The CEO Magazine comenta que sus robots “son capaces de navegar de forma autónoma por las hileras de cultivo, localizar y recoger la fruta madura, clasificar las bayas recogidas y colocarlas directamente en las cestas”.

Sus robots ya se encuentran en granjas en el Reino Unido y Australia. Si bien una persona promedio puede recolectar cuatro veces más frutas que la máquina, la próxima generación promete ser más rápida y considerando que pueden trabajar en las noches, pronto serán equiparables a la producción humana.

Cosechando Datos

Cada robot también va a estar cosechando alrededor de 40 gigabytes de datos por día. “Lo que no solo le ayuda a entender lo que está listo para recogerse hoy, sino también a poder planear las cosechas del futuro”, asegura.

Estos datos, así como los que se producen por el Internet Industrial de las Cosas (IIoT) dotan a las operaciones agrícolas de información y control en tiempo real para permitir una gestión más precisa y eficiente de los cultivos y el ganado.

“Vemos que las decisiones basadas en datos y en soluciones IoT ayudan a los agricultores a aumentar no solo la productividad, sino también el rendimiento. Pueden tomar decisiones mejor informadas basadas en lo que sus dispositivos les dicen sobre el consumo de agua, las condiciones del suelo, y mucho más, desde dondequiera que estén”, comenta Jeff Horton, CRO de FreeWave Technologies, firma creadora de una plataforma de IoT para el sector agrícola. 

“La sostenibilidad y la limitación del impacto de la agricultura en el medio ambiente es una prioridad para nuestros clientes y estamos encantados de ayudarles a saber lo que sus datos les están diciendo”, añade Horton.

Por su parte, Michael Barr, analista sénior de Neuberger Berman, gestora de activos con operaciones en 39 ciudades de 26 países del mundo, señala que la respuesta podría estar en el espacio. 

“Vemos que las decisiones basadas en datos y en soluciones IoT ayudan a los agricultores a aumentar no solo la productividad, sino también el rendimiento”.

- Jeff Horton, CRO de FreeWave Technologies

“Actualmente, los agricultores disponen de una nueva herramienta: los satélites, que ofrecen un gran caudal de datos en tiempo real y pueden poner a los agricultores a la vanguardia de la tecnología para ayudar a resolver la inseguridad alimentaria”, asegura Barr.

La asociación de fabricantes de equipos (Association of Equipment Manufacturers) estima que la adopción de la agricultura de precisión podría aumentar en un 6 por ciento los rendimientos de los cultivos, disminuir en 14 por ciento el uso de fertilizantes y reducir el gasto de agua en 21 por ciento.

De acuerdo con un estudio de Global Market Insights, se espera que el sector de la agricultura autónoma supere los 95,000 millones de dólares en 2027. 

Para poner esta cifra en contexto, ese mercado ya contaba con un valor de 55,000 millones en 2020, mientras que la agricultura en Pensilvania representa 81,000 millones de dólares al año, según un informe de 2021 del Departamento de Agricultura del estado.

Si analizamos la maquinaria, la cosechadora de grano John Deere X9 1100 de 2022 tiene un precio de partida de 900,000 dólares, y supera fácilmente el millón de dólares si cuenta con las principales opciones. Esto equivale a cinco Lamborghini Huracán EVO o dos Aventador.

Según Herbert, el cambio es inminente, pero también se ha ido produciendo gradualmente.

“No es una revolución, es una transición”, afirma. “Si lo miras ahora, la diferencia entre una granja moderna y una de hace 150 años es enorme, y eso no ha ocurrido de la noche a la mañana”.

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