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El papel pionero de Gene Gebolys en la construcción de la industria global de biocombustibles de hoy, valorada en 136 mil millones de dólares, le ha permitido acelerar la comercialización de alternativas a los combustibles fósiles.

Al llegar a la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos, el pionero de los biocombustibles Gene Gebolys se impresionó por el enorme volumen de combustibles fósiles necesario para transportar a los casi 100,000 delegados, de ida y de vuelta, para discutir temas globales urgentes, incluyendo el cambio climático.

Aunque ha dedicado su carrera a la sostenibilidad, vio que la respuesta no era terminar con reuniones como esta.

“Tenemos que organizar este tipo de encuentros”, dice Gebolys. “Debemos congregarnos. Ciertamente no vamos a resolver el cambio climático por Zoom”, asegura.

Su compañía con sede en Boston, World Energy, fundada en el Día de la Tierra en 1998, está determinada a proporcionar una respuesta haciendo posible la realización de reuniones como esta de una manera amigable con el clima.

En 2018, World Energy compró una antigua refinería de petróleo en Los Ángeles que estaba siendo convertida para funcionar enteramente con insumos renovables, como aceites de cocina y vegetales. La compañía ahora está trabajando en la producción de combustible de aviación sostenible, aprovechando la oportunidad de ser un pionero en lo que podría ser un sector de gran crecimiento.

“Este es combustible para aviones producido a partir de productos que no tienen insumos fósiles en absoluto, o son mucho más limpios, y tienen una intensidad de carbono mucho menor”, aclara.

Descarbonización de los viajes en avión

Producir este combustible a gran escala podría allanar el camino para un crecimiento que impulse el cambio alrededor del planeta, cree. El objetivo último de la compañía de 350 personas es descarbonizar el viaje aéreo no solo produciendo el combustible sino vendiendo créditos de descarbonización, conocidos como insets, a compañías que quieren descarbonizar sus viajes.

Está invirtiendo cuatro mil millones de dólares en las tecnologías necesarias para apoyar su objetivo, con la misión de suministrar 3.78 mil millones de litros de combustible de aviación sostenible anualmente para 2030.

“La razón por la que produciríamos combustible de aviación sostenible no es solo por el combustible en sí, sino porque los impactos de carbono de este combustible son mucho menores y eso nos permite realmente ofrecer sostenibilidad como un servicio”, comenta.

“Ya sea COP28, Davos o cualquiera de estas grandes reuniones donde el mundo se congrega por el beneficio social del planeta, nuestros insets significarán que todos los delegados pueden volar allí y regresar a casa de una manera descarbonizada”, afirma.

Gebolys se interesó en el clima cuando era niño, durante la crisis energética de los años 70, cuando vio a los residentes de su ciudad natal formados en largas filas en las gasolineras.

“He estado interesado en cómo la energía impacta a la sociedad durante mucho tiempo”.

Gebolys realizó su proyecto de feria de ciencias de séptimo grado sobre lo que en ese entonces se llamaba gasohol, ahora conocido como etanol, y si los vehículos eléctricos tendrían un futuro. “He estado interesado en cómo la energía impacta a la sociedad durante mucho tiempo”, reflexiona.

Ese interés continuó en la década de 1990, cuando notó durante la primera Guerra del Golfo cómo la dependencia de los combustibles fósiles impactaba en la dinámica de la geopolítica mundial. Como funcionario de energía para el Estado de Massachusetts durante la década de 1990, conoció a un empresario que inició el primer negocio de biodiésel en Estados Unidos.

Se unió a ese negocio en 1996 y dos años después, en el Día de la Tierra, fundó lo que se convirtió en World Energy, un pionero en soluciones de bajo carbono involucrado en biocombustibles avanzados. “Lo basé en un modelo que recogí de la cerveza Sam Adams”, recuerda. En ese momento, un amigo cercano trabajaba para Boston Beer Company, que fabricaba esa cerveza.

Cuando viajaban entre Boston y Vermont, a la casa de esquí de Gebolys, aprendió de su amigo cómo operaba la compañía cervecera.

“Hacían fabricación por contrato, y no elaboraban ninguna cerveza propia. Iban con cerveceros existentes y hacían que ellos produjeran un producto de alta calidad en el que realmente se enfocaban en entregar al cliente. Mi sensación era que había una oportunidad de hacer algo similar en energía limpia”, dice Gebolys.

Un nuevo modelo de negocio para combustibles alternativos

En lugar de construir grandes plantas de fabricación que serían necesarias para producir combustibles limpios a gran escala, Gebolys decidió contratar a otros que tenían esas capacidades y en su lugar enfocarse en construir un mercado para los combustibles.

Después de trabajar con intereses agrícolas para buscar modificaciones a la Ley de Política Energética de 1992, lograron despejar el camino para crear los inicios de un posible mercado en Estados Unidos. “Reuní a un pequeño equipo de vendedores, puse al tope mis tarjetas de crédito y comencé a establecer la primera capacidad para hacer la fabricación por contrato y entregar el producto al cliente”, recuerda.

“Fuimos y vimos a cada posible cliente en el país muchas veces y construimos un negocio que estaba muy enfocado en la distribución y el mercado, y realmente hemos permanecido como una compañía enfocada en el mercado y la distribución desde entonces”, indica.

World Energy eventualmente vio la necesidad de poseer algunas de sus propias instalaciones, por lo que compró su primera planta de fabricación en Lakeland, Florida, en 2003.

Además de la planta en Los Ángeles, la compañía ha añadido una flota de instalaciones de producción en otras provincias de Estados Unidos, como Georgia, Mississippi, Pensilvania, Texas y Ontario, pero todavía depende en gran medida de fabricantes externos.

“Incluso hoy, mientras poseemos instalaciones de fabricación a lo largo de Estados Unidos y Canadá, todavía estamos principalmente enfocados en el mercado de esas cosas, incluso cuando producimos nuestros propios productos”.

“Los oleoquímicos son simplemente químicos que provienen de materiales orgánicos. Se utilizan para hacer jabón, detergentes y cosméticos, y muchas cosas que vienen de insumos naturales, en lugar de insumos basados en fósiles, son efectivamente plantas químicas”, dice Gebolys.

Eso significaba que muchas de las compañías con las que estaba contratando realmente no estaban en el negocio del combustible sino en áreas como bienes de consumo empaquetados.

“Procter & Gamble fue uno de nuestros grandes primeros productores. Tenían capacidad de fabricación que les permitiría producir según nuestras especificaciones, pero realmente no tenían deseo de entrar en nuestro espacio”, explica.

“Entonces, con el tiempo, al enfocarnos realmente en el cliente y entregar de una manera que era única para sus respectivas necesidades, pudimos crear valor más allá del producto. Incluso hoy, mientras poseemos instalaciones de fabricación a lo largo de Estados Unidos y Canadá, todavía estamos principalmente enfocados en el mercado de esas cosas, incluso cuando producimos nuestros propios productos”, comparte.

Escalando

Este enfoque permitió a Gebolys escalar la compañía de manera eficiente. “Éramos un negocio pequeño”, recuerda.

A medida que la compañía crecía, se hacía preguntas como: “¿En qué nos vamos a enfocar? ¿Qué vamos a externalizar? ¿En dónde podemos añadir valor único?”, dice.

“Siempre hemos visto nuestro valor único como ser capaces de entrar en espacios emergentes antes de que sean obvios y realmente enfocarnos en crear y agregar demanda, y luego trabajar hacia atrás a través de la cadena de suministro”.

Con el tiempo, surgieron las respuestas: “Siempre hemos visto nuestro valor único como ser capaces de entrar en espacios emergentes antes de que sean obvios y realmente enfocarnos en crear y agregar demanda, y luego trabajar hacia atrás a través de la cadena de suministro”, señala.

Gebolys se unió a la Organización de Jóvenes Presidentes (YPO) hace 17 años. Ha encontrado que ha sido una fuente crítica de apoyo, permitiéndole sondear sus ideas a medida que escalaba.

“Es un vehículo tan importante para compartir nuestro entendimiento y ser comprendido. Ha sido un regalo del cielo para mí”, comparte.

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