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Alcanzar los ambiciosos objetivos climáticos implica una importante transformación de la economía global.

El cambio climático representa el mayor riesgo para el mundo según el Sexto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Mariuz Calvet, quien lidera el área de Finanzas Sostenibles para México y América Latina en HSBC, considera que “se requiere voluntad colectiva e innovación para frenar el desgaste del planeta, y todos los interesados en el sistema económico mundial tienen que fijar un compromiso al respecto”.

Calvet está de acuerdo en que el Acuerdo de París de 2015 fue un hito importante en la misión global para reducir las emisiones de carbono, pero alcanzar estos ambiciosos objetivos climáticos implicaría una importante transformación de la economía global. En su opinión, se tendría que invertir en la generación de tecnologías limpias, reorientar y abastecer las cadenas de suministro y reinventar los procesos empresariales.

El acceso al financiamiento es crucial para alcanzar los objetivos de NetZero y una transición a una economía de bajo carbono.

– Mariuz Calvet

“El acceso al financiamiento es crucial para alcanzar los objetivos de NetZero y una transición a una economía de bajo carbono. Muchas instituciones en todo el sistema financiero, bancos, inversores, fondos de pensiones, bolsas y reguladores del mercado establecen sus propios compromisos para acelerar esta transición”. señala.

En su opinión, la banca se encuentra especialmente posicionada para tener un mayor impacto ambiental y social. “Los bancos juegan un papel clave en la asignación de finanzas para canalizar la inversión privada hacia la transición a una economía climáticamente neutra, resiliente al clima, eficiente en recursos y justa”, comenta.

Según José Etchegoyen, especialista sénior en Finanzas de Género del Grupo de Instituciones Financieras de la Corporación Financiera Internacional, las inversiones no sólo deben tener como objetivo generar un rendimiento financiero positivo para una empresa, sino también crear un impacto social positivo en los mercados y poblaciones que reciben los fondos.

La inversión ASG está cambiando la forma de hacer negocios en las entidades financieras a un ritmo sin precedentes.

– José Etchegoyen

En los últimos seis meses, su equipo ha ayudado a grandes bancos comerciales a emitir el primer bono azul en Ecuador, así como el primer bono de género en Brasil.

“Hemos liderado inversiones centradas en el ámbito social como préstamos, bonos de género y DEI que se dirigen a poblaciones vulnerables como las mujeres, los inmigrantes y la comunidad LGBTI+”, indica.

Etchegoyen señala que en los últimos tres años se ha registrado un aumento importante del apetito por las inversiones ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza). “Desde las organizaciones grandes y sofisticadas hasta las pequeñas y nuevas en el mercado, el interés y la atención por la agenda ASG son constantes y crecientes. La inversión ASG está cambiando la forma de hacer negocios de las instituciones financieras a un ritmo sin precedentes” comenta a The CEO Magazine.

Wayne Shah, vicepresidente sénior de Wells Fargo Bank, y quien dirige el negocio de Banca Corresponsal Internacional para la región del Caribe, señala que los bancos tienen que abordar los criterios ASG y convertirlos en parte de su ADN, o correrán el riesgo de ser irrelevantes para los inversores.

Shah también es miembro de la Junta Directiva de FIBA, y durante la conferencia anual de antilavado de dinero de la asociación, en Miami, recalcó a banqueros de Estados Unidos y Latinoamérica  sobre la importancia de contratar y nutrir equipos ASG dentro de las organizaciones. Indicó que las inversiones que cumplen con las normas ASG están mejor posicionadas ante posibles riesgos externos, dada su sólida gobernanza y su compromiso con el mundo.

“Se trata de establecer procedimientos sólidos, estrategias de mitigación de riesgos, equilibrios sociales y compromiso con el medio ambiente”, dijo.

La inversión en ASG no es sólo una tendencia empresarial actual, sino también una obligación para actuar hacia un capitalismo más transparente y responsable.

– Alan Elizondo

Según Alan Elizondo, director general del banco de desarrollo para el sector agropecuario en México FIRA, la inversión en ASG no es sólo una tendencia empresarial actual, sino también una obligación para actuar hacia un capitalismo más transparente y responsable.

“Es esencial, además de adoptar estos principios, fomentar su adopción dentro del ecosistema de empresas que se acercan a nosotros”, añade Elizondo.

FIRA listó en mayo su primer Bono Verde de Resiliencia; se trata de un bono centrado en la lucha contra la crisis climática, el cual recaudó cerca de 3,000 millones de pesos, equivalentes a 171 millones de dólares.

Cuidado con el “lavado verde”

“El concepto de greenwashing (lavado verde) aparece en las conversaciones relacionadas con la sostenibilidad, y el campo de las finanzas sostenibles no es una excepción”, señala Calvet.

“Todos somos conscientes de la creciente demanda de productos financieros con objetivos sostenibles. Se invierten billones de dólares en fondos, préstamos y emisiones de bonos con la etiqueta ASG. Las recientes demandas por el lavado verde y la gravedad de sus consecuencias impulsarán la toma de decisiones, pero también amenazan con paralizar o ralentizar la actividad de las finanzas sostenibles”, indica.

El concepto de greenwashing aparece en las conversaciones relacionadas con la sostenibilidad, y el campo de las finanzas sostenibles no es una excepción”

– Mariuz Calvet

De acuerdo con el reporte Global State of ESG (Estado global de ASG) de Cerulli, el aumento de las críticas sobre ASG ha llevado a los organismos gubernamentales de todo el mundo a intensificar los esfuerzos para definir y regular mejor el mercado de inversión ASG.

Calvet indica que hay que lograr un equilibrio para mantener estructuras y procedimientos de gobernanza sólidos para “etiquetar un producto financiero como ASG, o verde, social o sostenible”, y también para aumentar los préstamos o inversiones sostenibles que permitan la transición de la economía hacia una sociedad con bajas emisiones de carbono, justa e integradora.

“Nadie dijo que fuera fácil”, afirma Calvert. “El sector financiero tiene mucho trabajo por hacer para aumentar los flujos de capital hacia actividades sostenibles, al tiempo que trabaja con las empresas para evitar la información engañosa y mantener el seguimiento de aprobaciones de transacciones ESG estrictas y sólidas”, concluye.

La participación femenina es positiva para ASG

Un estudio de 29 países de la Universidad de Portsmouth, la Universidad de Brunel y la Universidad de Loughborough descubrió que las empresas con consejos de administración más igualitarios en cuanto al género son menos propensas a exagerar sus credenciales de sostenibilidad.

Al analizar los datos de la disociación ASG, que se refiere a la brecha entre lo que las empresas revelan sobre sus prácticas ASG y su rendimiento real en materia de sostenibilidad entre 2005 y 2019, también se concluyó que las empresas de los países más religiosos tenían más probabilidades de hacer lavado verde, ya que la religión tiende a promover los roles tradicionales de género.

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