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La economía de los datos crece a una velocidad vertiginosa. Las empresas que no recopilan, analizan, comparten y rentabilizan su información corren el riesgo de perderse o quedarse atrás.

Durante la última década, las empresas han estado acumulando datos para mejorar la satisfacción de sus clientes, agilizar sus operaciones y optimizar su estrategia. Pero aunque saben que los datos son potentes, muchas aún no aprovechan al máximo esta superpotencia. 

A medida que la tecnología avanza, los flujos de trabajo se hacen más inteligentes y las interacciones entre humanos y máquinas se vuelven más fluidas. Las empresas pronto se verán obligadas a exprimir los datos de cada área de su negocio para poder seguir el ritmo. Es la innovación basada en hechos, o el crecimiento basado en la verdad.

Algunas organizaciones están irrumpiendo con fuerza en esta era impulsada por los datos, recurriendo a la información contenida en las arcas de su empresa antes de tomar decisiones. Otras no saben muy bien cómo captarla, y mucho menos cómo interpretarla.

McKinsey calcula que en 2025 los empleados utilizarán los datos para optimizar casi todos los aspectos de su trabajo. Esto no está lejos, y de eso se trata, dice la consultora.

Su informe de enero de 2022, The data-driven enterprise of 2025, pretende ayudar a los directivos a comprender y aprovechar el valor de los datos, con recursos y consejos para empezar.

Afirma que las empresas que deseen obtener el máximo valor de sus datos deben contar con siete características. Mientras que algunas organizaciones ya están demostrando algunas de ellas, otras están iniciando el camino.

Estas siete características son:

  1. Integración de datos en los flujos de trabajo empresariales.
  2. Procesamiento y entrega de datos en tiempo real.
  3. Uso de almacenes de datos flexibles para integrar datos.
  4. Adquisición de un modelo operativo de datos para procesarlos.
  5. Ampliar el rol de los responsables de datos.
  6. Compartir datos con otras organizaciones.
  7. Priorizar y automatizar la gestión de datos.

Una mentalidad basada en los datos

La primera forma de hacer un cambio, comunmente, se reduce a modificar la mentalidad.

Se ha demostrado una y otra vez que los mayores obstáculos para crear empresas basadas en datos no son técnicos, sino culturales. Una cosa es tener en cuenta los datos en un proceso y otra muy distinta convertir esto en algo habitual.

Muchas organizaciones siguen confiando en estrategias tradicionales para gestionar las actividades cotidianas y en hojas de ruta desgastadas para resolver problemas, lo que puede llevar meses o años.

Las empresas deben mostrar a los empleados cómo las estrategias basadas en datos pueden automatizar las tareas cotidianas y convertir los mapas de chatarra en sistemas de posicionamiento global de alta tecnología que les permitan resolver los retos con mayor rapidez, al tiempo que les dan la confianza absoluta de que van en la dirección correcta. 

En lo cotidiano, esto podría tratarse de gestores de tiendas que aplican análisis en tiempo real para identificar y dirigir a los clientes de programas de fidelización hacia otros productos que puedan gustarles mientras compran. O podría tratarse de operadores de redes de telecomunicaciones que identifican áreas que requieren mantenimiento o lugares de la red con oportunidades de expansión en función del uso. 

También podría tratarse, por ejemplo, de gestores de compras que aplican procesos basados en datos para clasificar las compras para su aprobación.

Los procesos basados en datos no sólo aumentan la productividad, sino que también liberan al personal para que puedan centrarse en habilidades más humanas, como la innovación, la colaboración y la comunicación, lo que resulta motivador para ellos y beneficioso para su empresa.

Buena tecnología combinada con un personal apasionado

Sin embargo, los datos sólo adquieren poder cuando existe la tecnología adecuada para recopilarlos, procesarlos, consultarlos y analizarlos.

Como dijo Peter Sondergaard, vicepresidente senior de Gartner Research, «La información es el petróleo del siglo XXI, y la analítica es el motor de combustión».

Para poner en marcha ese motor, las organizaciones necesitan una infraestructura basada en la nube, así como una arquitectura que admita análisis en tiempo real, además de bases de datos flexibles y herramientas de modelado de datos que les permitan consultarlos.

Imagine tener la capacidad de integrar datos de clientes procedentes de múltiples fuentes en una única vista de 360 grados de cada persona, que pueda modelarse en tiempo real, o crear un «gemelo digital» de la cadena de suministro que permita aplicar escenarios hipotéticos.

Según McKinsey, en 2025 todas las empresas deberían contar con directores de datos (CDOs) y equipos dedicados a esa área.

El costo puede ser menor de lo que la mayoría de las empresas creen. A medida que el precio de la computación en nube sigue bajando y se dispone de herramientas de datos más potentes, el análisis sofisticado de datos está al alcance de todas las organizaciones. 

Y con la tecnología adecuada, sólo hacen falta personas para mejorar su capacidad. Según McKinsey, en 2025 todas las empresas deberían contar con directores de datos (CDOs) y equipos dedicados a esa área.

Estos equipos no sólo serán responsables de garantizar la calidad y seguridad de los datos, sino también de crear nuevas formas de utilizarlos.

Puede tratarse de ofrecer a los clientes nuevos servicios basados en suscripciones que se centren en sus gustos o necesidades específicas, o de trabajar con un equipo de ventas que las impulse mediante el uso de los datos.

Las empresas pueden ser más fuertes juntas

Los CDOs también deberían buscar formas de monetizar los datos a través de los servicios y el intercambio. Los acuerdos de intercambio de datos con socios externos y competidores están aumentando, aunque siguen siendo poco frecuentes, ya que la mayoría de los datos se almacenan en silos dentro de las organizaciones. 

La economía de los datos está creciendo rápidamente, según McKinsey, y a medida que crezca el intercambio de datos, las barreras irán cayendo. 

Dentro de pocos años, las organizaciones utilizarán plataformas de intercambio de datos para facilitar la colaboración y obtener conocimientos aún más amplios.

Por ejemplo, el intercambio de datos permitirá a los fabricantes crear plataformas abiertas que revelen una imagen más amplia de las cadenas de suministro mundiales, o a los farmacéuticos y proveedores sanitarios agrupar datos sobre pacientes o ensayos clínicos en beneficio mutuo.

La economía de los datos crece rápidamente, según McKinsey, y a medida que crezca el intercambio de datos se reducirán las barreras.

Pero un mayor uso de los datos debe ir acompañado de una mayor conciencia sobre los derechos de los consumidores y la seguridad, dado el riesgo cada vez mayor de que se produzcan ataques informáticos.

Afortunadamente, los procedimientos de copia de seguridad automatizados y casi constantes garantizan la resistencia de los datos y la capacidad de recuperar la «última copia buena» de los datos en cuestión de minutos, en lugar de días o semanas.

Al mismo tiempo, las herramientas de IA son capaces de garantizar la calidad de los datos automatizando su identificación, corrección y remediación.

Combinados, estos esfuerzos permiten a las empresas confiar tanto en sus datos como en su gestión. En última instancia, esto les ayudará a impulsar sus servicios basados en datos en el futuro y a mantenerse a la vanguardia.

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