En un pequeño salón en el distrito sureño de Matara en Sri Lanka, se puede observar a un grupo de estudiantes trabajando en sus escritorios; concentrados, deslizan sus lápices sobre el papel dando forma a impresionantes figuras.
En la pared del salón se lee la frase “El esfuerzo crea talento”, y representa la filosofía de ANI Art Academy Sri Lanka. El objetivo es enseñar a los niños de todo el país las bases del dibujo.
Una vez que dominan una habilidad en particular, pasan a la siguiente hasta que se gradúan. Cada uno recibe una beca completa, alojamiento y comida si es necesario.
El decano Tim Jahn indica que algunos se convertirán en artistas, otros en profesores o diseñadores gráficos. Incluso si terminan haciendo algo completamente distinto, ya contarán con valiosas habilidades de enfoque, atención y autodisciplina.
La escuela en Sri Lanka es una de las seis ANI Art Academies ubicadas en todo el mundo fundadas por Tim Jahn, Anthony Waichulis y Tim Reynolds, fundador y presidente de ANI Private Villas. La institución emplea un método que ofrece resultados comprobados.
Esta noches, el complejo cuenta con la visita de un grupo de estudiantes, que realizan un ejercicio de dibujo mientras su trabajo se exhibe en un elegante entorno estilo galería y los presentes lo pueden disfrutar con un coctel en mano.
Las Art Academies se establecieron al mismo tiempo que las Private Villas en 2010, están interconectadas.
Las academias reciben apoyo financiero de lujosos resorts privados cercanos, diseñados para personas adineradas que desean pasar tiempo de calidad con sus seres queridos.
Los huéspedes pueden visitar las escuelas locales, conocer a los futuros artistas y disfrutar de sus obras de arte. Incluso pueden comprar piezas de arte, un recuerdo significativo de sus vacaciones.
El concepto impulsa a una nueva generación de talento creativo y al mismo tiempo brinda a los vacacionistas la oportunidad de pasar unos días en las villas disfrutando de cocteles, prestigiosa gastronomía y clases de cocina por el chef Cyril Human y su equipo. También cuenta con tratamientos ayurvédicos por el experto en bienestar Manjula Wijekoon, lecciones de tenis, yoga o sesiones de entrenamiento personal.
Parte de la costa sur de Sri Lanka fue devastada por un tsunami en 2004; muchos de los pueblos locales fueron reubicados por la destrucción.
En un paseo durante el amanecer se aprecia a los pescadores lanzando sus redes al mar desde las aguas poco profundas, mientras los tradicionales botes de pesca de madera regresan con la pesca de la mañana.
Hoy, el sitio continúa siendo rústico y natural. Altas palmeras de coco bordean la costa, aunque la constante interferencia humana llega en forma de botellas de plástico como basura, arrastradas por las olas.
A medida que llega la noche, el ruido salvaje del océano se escucha al fondo de la oscuridad.
El mar es agresivo pero se puede nadar en ciertos lugares, aunque la gerencia general de las villas recomienda no permanecer en el agua sin compañía.
Los atardeceres se disfrutan mejor desde las piscinas privadas. A medida que llega la noche, el ruido salvaje del océano se escucha al fondo de la oscuridad.
Por las mañanas, se aprecia el sol que sale sobre el Océano Índico, extendiéndose hacia la lejana Antártida sin nada de por medio; para muchos, es el mejor despertador.
Todos quisieran quedarse en ese santuario tropical que cuenta con dos piscinas, toboganes, bibliotecas e incluso mesas de juego; pero eso no representa el verdadero espíritu del viaje.
Antes de las extremas temperaturas del verano, se puede caminar una corta distancia sobre la arena hasta llegar a un templo budista ubicado en la costa, donde un sacerdote ata a los visitantes un hilo de bendición blanco alrededor de nuestras muñecas ante las coloridas estatuas de piedra de Buda y la deidad hindú Hanuman.
Más adelante, cerca de Dikwella, encontraremos al Buda más grande de Sri Lanka.
En ese lugar también podemos apreciar las fascinantes estatuas con más de 250 años de antigüedad.
Otro recorrido nos lleva a un pueblo cercano para comprar productos locales para nuestra clase de cocina. El chef Cyril nos orienta en la selección de puestos y nos recomienda probar algunas frutas y verduras locales que quizás no hayamos encontrado en otro lugar.
Una vez hecha la compra, volvemos al complejo donde nos enseña cómo preparar un curry de pollo estilo Sri Lanka.
Durante el resto de nuestra estancia vivimos muchas más experiencias. Por ejemplo, un productor local de canela nos muestra cómo trabajar la corteza de las ramas para producir cañas aromáticas.
Por la noche, bailarines portando trajes y máscaras tradicionales hacen música con tambores vigorosos; vemos también bastones en llamas creando un espectáculo cultural.
Para muchos, la alegría de viajar reside en gran medida en su conexión con un lugar, su gente o un propósito. Este lugar cumple con estos requisitos.
ANI Private Villas Sri Lanka está rodeado de belleza natural; sus visitantes perciben el sentido del lugar ya que las personas que trabajan ahí le dan vida al complejo.
El lujo moderno no sólo consiste en adornos llamativos y excesos ociosos. El viajero actual quiere autenticidad. Para muchos, la alegría de viajar reside en gran medida en su conexión con un lugar, su gente o un propósito. Este lugar cumple con esos requisitos.
La industria turística de Sri Lanka muestra signos de recuperación después de las afectaciones por la crisis económica; los operadores tienen la esperanza de que el sector cobrará impulso ya que el destino ofrece magníficas condiciones para el turismo de negocios.
Las llegadas de turistas en abril fueron 67.5 por ciento más altas que el mismo mes del año pasado, llegando a 105 mil 498 visitantes, según Sri Lanka Tourism.
Por otra parte, Henry Fitch, CEO de Teardrop Hotels, dijo a The CEO Magazine que aunque se ven signos positivos, el ritmo de recuperación es mucho más lento de lo esperado.
“Todavía existe la percepción de que el sitio no es seguro, pero a medida que viajas a los alrededores ves que realmente no es el caso”, indica.
Teardrop cuenta con varias propiedades en ese destino, incluyendo Wallawwa en las afueras de Colombo y Fort Bazaar en Galle; la compañía apuesta a los mercados asiáticos.