Arleth Leal Metlich se ha posicionado como una reconocida Head Hunter para puestos de nivel ejecutivo en Latinoamérica. Diversas publicaciones especializadas la han señalado como una de las empresarias más poderosas de la región. Actualmente, es directora asociada de la firma de capital humano “Red Ring” y cofundadora de “CORH”, Colegio de Innovación en Recursos Humanos.
Para Arleth, el reconocimiento del equipo de trabajo es fundamental para el crecimiento sostenible de cualquier organización. Cuando los empleados se sienten valorados y apreciados, aumenta su compromiso y su sentido de pertenencia, lo que impacta directamente en su productividad. Un empleado que sabe que su esfuerzo es reconocido tiende a ser más proactivo, innovador y leal a la empresa. En Recursos Humanos, una cultura de reconocimiento es clave para reducir la rotación de personal, atraer talento de alto nivel y fomentar un entorno laboral positivo y motivador.
“El reconocimiento del equipo de trabajo es mucho más que una buena práctica, es una estrategia de negocio”.
“El reconocimiento del equipo de trabajo es mucho más que una buena práctica, es una estrategia de negocio que impacta de manera positiva en la productividad, la retención de talento, el clima laboral y, en última instancia, en el crecimiento de la empresa. Invertir en una cultura de reconocimiento auténtico, coherente y estratégico, no solo mejora los resultados financieros, sino que también fortalece el compromiso y la lealtad de los empleados, creando una ventaja competitiva sostenible en el tiempo”, comparte a The CEO Magazine.
Garantizar la igualdad de oportunidades y la incorporación de talentos diversos no es solo una cuestión ética, sino también una estrategia empresarial inteligente. La diversidad en términos de aptitudes, experiencias y perspectivas enriquece la toma de decisiones y fomenta la innovación.
“Cuando una empresa se compromete a garantizar la igualdad de oportunidades, se crean las condiciones necesarias para una mayor equidad interna, lo que reduce el riesgo de conflictos laborales relacionados con la discriminación o el favoritismo. Una cultura inclusiva, donde todos los empleados sientan que tienen la misma oportunidad de avanzar en sus carreras, refuerza la cohesión del equipo y reduce la rotación de personal”, señala.
Garantizar la incorporación de talentos diversos e igualdad de oportunidades, mejora la toma de decisiones y fortalece la competitividad de la organización en el mercado global.
“Al contratar a alguien, es crucial buscar cualidades blandas como la adaptabilidad, la capacidad de aprendizaje continuo, la inteligencia emocional y el trabajo en equipo”.
“Desde el área de Recursos Humanos, este enfoque no solo asegura que la empresa esté preparada para los desafíos del futuro, sino que también fomenta un clima de trabajo positivo y colaborativo, donde cada empleado siente que su contribución es valorada. Al promover la inclusión y el respeto por las diferencias, las empresas no solo logran cumplir con sus objetivos financieros, sino que también se alinean con los principios éticos y de sostenibilidad, que son cada vez más relevantes en el contexto empresarial moderno”, indica.
Al contar con gran experiencia en el área de Recursos Humanos, Arleth nos indica cuáles son las cualidades que identifica en una persona al decidir otorgarle un puesto de trabajo.
“Al contratar a alguien, más allá de las habilidades técnicas, es crucial buscar cualidades blandas como la adaptabilidad, la capacidad de aprendizaje continuo, la inteligencia emocional y el trabajo en equipo. En un entorno empresarial en constante cambio, los empleados que son capaces de aprender y evolucionar con la empresa se convierten en activos clave. Además, las habilidades soft como la comunicación efectiva y la resolución de problemas son esenciales para un desempeño sobresaliente en cualquier puesto”, comparte.
El empoderamiento de las mujeres no solo es un objetivo social, sino también una estrategia empresarial clave para fomentar la diversidad y la innovación. Diversos estudios han demostrado que las empresas con una mayor representación de mujeres en posiciones de liderazgo tienden a superar a sus competidores en términos de innovación, rentabilidad y sostenibilidad.
“Para impulsar el empoderamiento de las mujeres, las empresas deben implementar políticas de igualdad salarial, programas de mentoría y desarrollo profesional, y promover la inclusión en puestos de liderazgo. Es crucial establecer programas de formación continua que proporcionen a las mujeres las herramientas necesarias para avanzar en sus carreras, al mismo tiempo que se abordan los prejuicios implícitos que puedan existir en los procesos de contratación y promoción. Además, las empresas deben crear entornos de trabajo flexibles que apoyen el equilibrio entre la vida personal y profesional, especialmente en los sectores donde las mujeres han estado subrepresentadas históricamente”, señala.
“Las mujeres deben aprender a valorar sus propias competencias”.
En América Latina y el Caribe, alcanzar la paridad salarial sigue siendo un desafío. Según el Banco Mundial, las mujeres que trabajan en la región ganan, en promedio, 70 centavos por cada dólar que ganan los hombres. ¿Cuáles son los principales factores?
“Actualmente, las mujeres terminan la universidad con mejores calificaciones que los hombres, pero antes de que cumplan 30 años ya van a estar ganando un 10 por ciento menos que ellos. Los principales factores que perpetúan la brecha salarial en América Latina incluyen la segregación ocupacional, donde las mujeres tienden a concentrarse en sectores menos remunerados, la falta de transparencia salarial y la limitada representación de mujeres en roles de liderazgo. Además, las mujeres a menudo enfrentan interrupciones en sus carreras debido a responsabilidades familiares, lo que afecta sus trayectorias salariales. Para cerrar esta brecha, las empresas deben promover políticas de equidad salarial, transparentar los procesos de compensación y fomentar el avance de las mujeres en puestos de decisión”, señala a The CEO Magazine.
Las mujeres deben aprender a valorar sus propias competencias, articular claramente cómo sus habilidades contribuyen al éxito organizacional y aprender a negociar su salario.
“Un aspecto clave es la preparación, investigar los rangos salariales del mercado, entender su valor en el contexto de la industria y ser claras en su negociación. Además, es importante que participen activamente en redes de mentoría y coaching, donde puedan aprender estrategias para abogar por sí mismas en momentos clave como las negociaciones salariales y las oportunidades de promoción”, dice.
La búsqueda de empleo requiere paciencia y esfuerzo. Un estudio de la Universidad de Stanford, indica que la capacidad de recuperarse del rechazo y mantener la motivación está directamente relacionada con la resiliencia emocional del individuo.
“La búsqueda de empleo puede ser un proceso desafiante y emocionalmente agotador, pero es importante recordar que cada rechazo es una oportunidad para aprender y mejorar. Mi consejo es centrarse en la resiliencia: aceptar que el rechazo es parte del proceso y que cada «no» te acerca más al «sí» adecuado. Es esencial mantener una mentalidad de crecimiento, es decir, ver cada experiencia como un paso hacia el desarrollo personal y profesional. Además, recomiendo mantener una red de apoyo sólida, ya sea a través de colegas, mentores o amigos, para intercambiar ideas y mantener la motivación”, señala.
“El empleo ideal es aquel que resuena con tus valores, que te desafía profesionalmente y te permite crecer”.
La idealización de un puesto de trabajo puede resultar decepcionante, ya que a veces el mercado no ofrece lo que los empleados están buscando. Muchas personas esperan encontrar el “empleo de sus sueños”, pero ¿existe?
“El empleo de los sueños como concepto puede ser engañoso, ya que ningún puesto es perfecto en todos los aspectos. Sin embargo, el empleo ideal es aquel que resuena con tus valores, que te desafía profesionalmente y te permite crecer. Lo más importante es encontrar un equilibrio entre las expectativas y la realidad, identificar qué aspectos son realmente prioritarios, como el desarrollo profesional, la cultura organizacional o el equilibrio entre la vida personal y laboral. Más que buscar el empleo perfecto, lo fundamental es encontrar un entorno que permita evolucionar y alcanzar objetivos tanto profesionales como personales”, comenta.
Se estima que para 2025 el 27 por ciento de la fuerza laboral mundial será la Generación Z (personas nacidas entre 1996 y 2012); de este sector, quienes inician su entrada al mundo laboral profesional dicen redefinir el “éxito”, priorizando la salud mental y buscando un equilibrio entre la vida personal y el trabajo.
“La Generación Z está marcando un cambio significativo en la manera de entender el trabajo. Buscan empleadores que prioricen el bienestar mental, la flexibilidad y el propósito en lo que hacen. Aunque cada vez más empresas están adaptándose a estas expectativas, aún hay un camino por recorrer. Las compañías que reconocen este cambio y se adaptan ofreciendo políticas de trabajo híbrido, programas de bienestar integral y espacios que promuevan la diversidad y la inclusión serán las que logren atraer y retener al talento joven. La clave para las empresas será conectarse con estos valores y ajustar sus prácticas a un entorno más humano y flexible”, indica.
Al otro extremo, muchos adultos mayores aún desean o necesitan trabajar, y recurren a ciertas actividades para poder solventar sus gastos. Es fundamental que las empresas adopten políticas de inclusión etaria que reconozcan el valor de la experiencia y las habilidades que los adultos mayores aportan al lugar de trabajo.
“Esto incluye desarrollar programas de mentoría inversa, donde los trabajadores más jóvenes y mayores intercambian conocimientos, así como ofrecer horarios flexibles o trabajo a tiempo parcial que permita a los adultos mayores seguir contribuyendo sin afectar su calidad de vida. La capacitación continua y el acceso a la tecnología también son esenciales para asegurar que se mantengan competitivos en el mercado laboral actual”, dice.
Muchas empresas adoptan las tendencias mundiales de invertir en tecnología. Se dice que la Inteligencia Artificial tendrá un impacto significativo en numerosos puestos de trabajo durante los próximos años. ¿Debemos preocuparnos?
“Más que preocuparnos, debemos prepararnos. La Inteligencia Artificial no necesariamente reemplazará los puestos de trabajo, pero sí transformará la manera en que trabajamos. Los empleos más rutinarios o predecibles pueden ser automatizados, lo que liberará tiempo para que las personas se enfoquen en tareas que requieren creatividad, empatía y toma de decisiones complejas. Las empresas deben invertir en la recapacitación y el desarrollo de habilidades de su fuerza laboral, fomentando una cultura de aprendizaje continuo para aprovechar al máximo las oportunidades que la IA puede ofrecer”, señala.
“Creo firmemente en la capacidad de los equipos para lograr grandes cosas cuando se les da autonomía, confianza y las herramientas necesarias para crecer”.
Arleth Leal Metlich es egresada de la Universidad Iberoamericana, ha cursado diplomados en Liderazgo para la transición; Herramientas de evaluación, Selección de personal de alto rendimiento y en Formación de líderes. Con más de veinte años de experiencia, su trayectoria le ha llevado a reconocimientos de alta dirección. Su estilo de liderazgo es colaborativo y orientado al desarrollo del talento.
“Creo firmemente en la capacidad de los equipos para lograr grandes cosas cuando se les da autonomía, confianza y las herramientas necesarias para crecer. Me inspiro en ver cómo las personas evolucionan y alcanzan su máximo potencial, tanto en el ámbito profesional como personal. En mi día a día, me motiva generar un impacto positivo, creando entornos en los que las personas se sientan valoradas y puedan contribuir con lo mejor de sí mismas. Ver resultados tangibles en la satisfacción de los empleados y en el éxito empresarial es lo que me impulsa a seguir mejorando como líder”, concluye.