La incertidumbre siempre está presente en el mundo actual, y es normal y natural sentir distintos niveles de ansiedad. Los niveles positivos o beneficiosos de estrés, típicamente conocidos en psicología como eustrés, son necesarios para rendir o ser eficaz.

La incertidumbre forma parte de la vida; es la semilla precursora del crecimiento. El crecimiento es una necesidad perpetua de la condición humana. Todo, desde la naturaleza hasta las economías, los mercados, las relaciones y las habilidades, crece o muere, se expande o se encoge, se exhala o se inhala.

Esto significa que la incertidumbre siempre ha estado y siempre estará presente. La forma en que respondamos o reaccionemos determinará nuestros niveles de ansiedad.

Si experimentas angustia en cualquier aspecto de tu vida, aquí tienes cuatro formas de reducir tus niveles de ansiedad.

Dejar las cosas para después

La procrastinación es una técnica de regulación emocional que tiene cualidades tanto positivas como negativas. Tal vez limpiar tu escritorio durante seis horas para evitar una decisión difícil o una llamada telefónica pueda estar en el lado negativo.

Sin embargo, dar una vuelta a la manzana mientras te preparas para la desafiante actividad que tienes entre manos puede ser una forma ingeniosa y útil de regularte emocionalmente.

La investigación sobre la procrastinación estructurada muestra cómo podemos aumentar la creatividad. Ser creativos mentalmente puede mostrarnos opciones para abordar la incertidumbre a la que nos enfrentamos de formas que no habíamos pensado.

Buscar un hobby

La balanza de la certeza no siempre permanece quieta. Cuando está equilibrada, no sólo se reduce la ansiedad, sino que puede desaparecerla de nuestra experiencia. Cuando está desequilibrada, pasamos de un extremo (el aburrimiento) a otro (la ansiedad abrumadora).

Cuanta más certeza podamos aportar a nuestras actividades diarias o semanales, más incertidumbre podremos manejar.

La forma más sostenible de acceder a la certidumbre es descubrir, abrazar y poner en práctica una afición que realmente vaya contigo. En otras palabras, comprométete con una afición que puedas practicar al menos dos o tres veces por semana y que te aporte significado y satisfacción.

El psicólogo de Harvard, Howard Garner, identificó en su libro seminal de 1983 Frames of Mind (Estados de Ánimo) que tenemos ocho inteligencias, añadiendo una novena. Todos estamos más dotados para ciertas habilidades que para otras. Esto influye enormemente en el tipo de afición que más nos gusta.

Las categorías de aficiones que reflejan el trabajo de Gardner van desde las físicas, creativas, musicales, artísticas, matemáticas, intelectuales y filosóficas. Dedícate a una afición que esté en consonancia con su inteligencia natural. Esto te elevará de forma mágica.

Tener esperanza

El psicólogo Richard Snyder acuñó el término Teoría de la Esperanza. Según Snyder, las personas que piensan en lograr cosas, están física y psicológicamente más sanas que las que tienen menos esperanza.

Abrazar una afición significativa es una forma poderosa de conectarnos continuamente con la esperanza. Esto funciona como un importante difusor de la ansiedad.

Visualización negativa

Este enfoque se remonta a muchos siglos atrás, a filósofos estoicos como Marco Aurelio, Séneca y Epicteto. Esta práctica es muy útil para reducir la ansiedad porque toma la situación en la que nos encontramos, ve el peor escenario posible, y nos hace agradecer la situación original en la que nos encontramos. A su vez, esto genera un sentimiento de gratitud y aprecio que a menudo puede convertirse en antídoto contra la ansiedad.

Por lo tanto, elige conscientemente adoptar la procrastinación estructurada y tener un pasatiempo significativo en el que te concentres varias veces por semana; esto generará un nivel saludable de esperanza y te conectará con la gratitud y el aprecio a través del arte de la visualización negativa. Con esto, reducirás y mantendrás la ansiedad en niveles que no afectarán a tu vida.