Dormir en una casa en un árbol ya no es sólo un sueño de niños; en los últimos años se han creado lujosos hoteles entre las ramas de los árboles alrededor del mundo. Sus interiores son sorprendentemente elegantes, con estufas de leña, relajantes jacuzzis y piscinas privadas; el ambiente es mayormente ecológico.
Hacemos un recorrido por las mejores casas de lujo en un árbol, por todo el mundo; desde villas de estilo balinés entre palmeras hasta una estancia escultural con vistas al delta del Okavango.
En Bisate, te despiertas acurrucado bajo mantas color esmeralda y con el aroma del fuego de leña de la noche anterior. Caminas por el piso de madera, abres de par en par las puertas de tu terraza privada de bambú y disfrutas de la vista del Monte Bisoke, hogar de los gorilas de montaña de Ruanda.
El lugar cuenta con seis casas-árbol y un edificio principal, situados en la ladera de un antiguo volcán. Cada casa está diseñada con detalles de diseño ruandés, como sillones hechos a la medida y luces especiales; las vistas son sin duda lo mejor, como el Bisate Lodge.
Dormir entre las ramas y altura de un árbol te permite contemplar bellas vistas, pero el Tree Hotel te ofrece algo más, despertar junto a cientos de estorninos. El hotel es conocido por sus futuristas casas en los árboles; puedes alojarte en una con diseño de cubo de espejos, un ovni, una libélula o un nido de pájaros hiperrealista.
Nuestro favorito es Biosphere, un enorme cubo de cristal con 350 pajareras adosadas. Las instalaciones de la casa se limitan a una cama, una ducha ecológica, un retrete y un sauna, y cuenta con un acogedor restaurante con platillos suecos.
El New Forest es el hogar de ciervos, ponis salvajes, nutrias y cuatro casas en el bosque de Chewton Glen. De las cuatro, la suite Treehouse Hideaway es para dos personas, la mejor para parejas, con una estufa de leña y bañera de hidromasaje en la terraza. The Yews es mejor para grupos más grandes; cuenta con un espacio para 12 personas y la opción de que un chef privado prepare todas tus comidas.
En la opción que elijas, recibirás una cesta diaria con productos para preparar el desayuno, aunque también hay un par de restaurantes en el hotel si no deseas cocinar. Puedes pasar el tiempo en el spa, disfrutar la hora del té por la tarde o pasear por el bosque.
Las cabañas en los árboles son características en Nayara Bocas del Toro, una isla privada de Panamá. Con estilo balinés y rodeadas de palmeras, son obra de la interiorista Elora Hardy (conocida por su trabajo en Bali). Estéticamente el ambiente es una mezcla de Bali y Panamá, con cabeceros tejidos, interiores de madera oscura y bañeras de cobre martillado a mano en el balcón.
Es tan bonito y cómodo que querrás quedarte; cuenta con servicio de cena en la habitación y una terraza privada con vista a los manglares. Al hospedarte en este lugar podrás realizar una reservación para explorar el archipiélago y en sus mares podrás ver decenas de delfines.
Keemala cuenta con cuatro tipos de alojamiento; cada uno inspirado en uno de los clanes que supuestamente naufragaron ahí hace siglos. Las casas en los árboles llamadas Tree Pool Villas están inspiradas en el clan We-Ha (Cielo).
En el lugar se puede apreciar una serie de villas de dos niveles en forma de farolitos entre los árboles. Una vez que se llega a la habitación a través de puentes de madera, la única decisión que hay que tomar es desde dónde se quiere disfrutar de las vistas, desde las camas en forma de capullo, desde un sillón suspendido del techo o desde la piscina privada con vista al mar.
A pesar de estar al lado de la famosa y concurrida autopista 1 del Pacífico de California, esta propiedad de Big Sur parece excepcionalmente privada ya que cuenta con grandes terrenos de fauna que albergan diversos tipos de vegetación, mariposas y hasta ranas en peligro de extinción.
Sus casas en los árboles están diseñadas para mezclarse con las secuoyas centenarias; realmente te sentirás como si estuvieras en el interior de un árbol. Cada estructura triangular aprovecha al máximo el espacio, con estufas de leña y tragaluz ingeniosamente situados para contemplar las estrellas antes de dormir.
Esta escultural casa-árbol a 10 metros sobre el delta del Okovanga es realmente extraordinaria. Su diseño se inspira en el cuadro de un viejo baobab pintado por el artista sudafricano Jacobus Hendrik Pierneef; se ha diseñado con materiales que con el tiempo brinden un aspecto natural y se funde visualmente con el paisaje color cacao.
Hay una escalera de caracol que te dirige hasta el dormitorio; aunque creemos que el mejor espacio para dormir es su azotea al aire libre. Aquí se puede dormir directamente bajo las estrellas; por la mañana te podrá despertar el rugido de los leones.
Cuenta con dos casas-árbol y sus vistas son extraordinarias. A un lado, podrás disfrutar del paisaje de las tierras de cultivo de Kanuka que se extienden hasta el océano Pacífico; al otro, se encuentran las montañas de Kaikoura.
El lugar te brinda excelentes opciones para disfrutar las vistas; una muy buena elección es desde la bañera que da a la ventana o la terraza durante el atardecer.