Regresar
Algunos de los vinos espumosos más exclusivos en el mercado alcanzan no cinco ni seis, sino siete cifras, y he aquí por qué.

Una copa de champagne para celebrar cualquier ocasión especial es, sin duda, un buen complemento, pero ¿cuánto estarías dispuesto a pagar para experimentar la cima del gran vino? Tanto si te gusta el arte como si tienes conocimiento en vinos, estos caros vinos espumosos cumplen ambos requisitos con creces, con exquisitos logotipos hechos a mano y cristales Swarovski adornando las botellas incluso antes de descorcharlas.

El champagne más caro del mundo va un paso más allá, reflejando asertivamente nuestros tiempos con un componente de “token no fungible” (NFT). Cabe preguntarse cómo se venderá la próxima botella de burbujas y en qué moneda.

Quienes tengan la suerte de hacerse de estos vinos espumosos podrán encontrarse sorbiendo de la copa de la historia o batiendo récords mundiales.


Champagne Avenue Foch 2017

2.5 millones de dólares estadounidenses

Producido por una finca familiar en Chamery, al noreste de Francia, con 100 por ciento uvas Premier Cru, Chateau Avenue Foch 2017 alcanzó la extravagante suma de 2.5 millones de dólares por parte de los cripto inversionistas italianos Giovanni y Piero Buono.

El dueto recibió un NFT en el que aparecía el “simio mutante aburrido” (logo de los NFT) junto a otras figuras de dibujos animados coleccionables expuestas en la botella Magnum, única en su género, en OpenSea. Esta novedosa idea surgió del empresario británico y comerciante de NFT, Shammi Shinh, en colaboración con el artista Mig.

“Mi primera botella de edición limitada, que batió el récord mundial del champagne más caro del mundo en 2013, llevaba un diamante de 19 quilates”, explicó Shinh en una entrevista con Luxuriate Life. “Diez años después, observando el interés del público por el arte y la tecnología, fui más allá de los límites del lujo y establecí un nuevo concepto de incorporar el arte y la tecnología NFT al lujo”, indicó.


Goût de Diamants (Sabor a diamantes) 2013

1.8 millones de dólares estadounidenses

En 2013, Shinh también saltó a los titulares con el lanzamiento de Goût de Diamants (Sabor a diamantes), elaborado a partir de uvas Grand Cru cultivadas en una finca familiar de Oger, en el noreste de Francia. El llamativo diseño personalizado de cada botella presenta un reluciente cristal de Swarovski en el centro de un logotipo en forma de diamante. Liam Payne, de la boy-band One Direction, fue visto disfrutando de una botella de esta obra maestra diseñada por Alexander Amosu en la fiesta de cumpleaños de un amigo, que se celebró en un club nocturno de Londres. En aquel momento, el joven de 19 años era uno de los músicos con más ingresos del mundo.


Krug 1928

21,200 dólares estadounidenses

Considerado como uno de los mejores champagnes de la historia, Krug 1928 fue una de las últimas botellas de ese año conservadas en las bodegas de la Colección Krug. Un largo proceso de envejecimiento unido a unas condiciones climáticas ideales dieron como resultado un vino espumoso que presume de un equilibrio perfecto entre dulzor y acidez.

En 2009, cuando el Krug de 1928 se vendió en Hong Kong en la primera subasta de Acker Merrall & Condit con su exuberante precio, se destacó en el catálogo por su “color y estado excepcionales”, al tiempo que se establecía un récord mundial como la botella de champagne más cara vendida en una subasta.


Armand de Brignac Rosé 30 litros

275,000 dólares estadounidenses

Los champagnes Armand de Brignac son producidos por Champagne Cattier, una casa familiar en Champagne que lleva más de 13 generaciones operando en Chigny-les-Roses, Francia. Armand de Brignac Rosé se reconoce por su tonalidad salmón y su fresco aroma a fresa.

La botella pesa 45 kilos y mide más de un metro, lo que equivale a 40 botellas de 750 mililitros de tamaño estándar. La primera botella se descorchó en una fiesta de Jay-Z en 2013.


Armand de Brignac Brut Gold Midas 30 litros

100,000 dólares estadounidenses

Esta llamativa botella se reconoce por su tono dorado metálico, que hace referencia al mito griego del rey Midas que convertía en oro todo lo que tocaba. Producida con métodos laboriosos por la familia Cattier, cada botella envejece hasta cinco años en barricas de roble, lo que garantiza una calidad superior.

En 2010, el primer Midas se vendió por 100,000 dólares en la conocida discoteca Encore Casino de Las Vegas. Con un peso de 45 kilos, la botella dorada fue llevada por dos hombres musculosos a mesa del comprador anónimo en la after-party.


Dom Pérignon Rose Gold Matusalén 1996, seis litros

49,000 dólares estadounidenses

Las cosechas de Dom Pérignon se consideran de las mejores del mundo y se han convertido en sinónimo de lujo. De hecho, se dice que ver el ligero líquido cobrizo de la marca hace que el corazón de un amante del vino lata un poco más rápido.

El nombre de la etiqueta rinde homenaje al monje benedictino Pierre Pérignon (1638-1715), también conocido como el “padre del champagne”, cuya misión era elaborar el mejor vino. De hecho, la invención del vino espumoso, libre de impurezas, se atribuye a Pérignon. Con un precio de 49,000 dólares, la Methuselah Rose Gold de 1996 es la botella más cara de Dom Pérignon y refleja una cosecha especialmente fructífera durante ese año.


1820 Juglar Cuvée

43,500 dólares estadounidenses

Puede resultar difícil comprender que el vino espumoso enterrado en las profundidades del Mar Báltico durante casi dos siglos pueda conservar su sabor y frescura, pero este fue precisamente el caso del Juglar Cuvée 1820. De hecho, el misterio que rodea a este raro suceso en la historia del champagne solo ha servido para aumentar el valor percibido del vino junto con su precio.

¿Quién iba a pensar que el fondo del océano podría ofrecer las condiciones ideales – oscuridad y bajas temperaturas – necesarias para almacenar vino? En 2010, unos buzos rescataron un alijo de 168 botellas de vino espumoso en un barco hundido en el fondo del océano. Se cree que la Juglar Cuvée de 1820 fue producida por Champagne Juglar, una casa que se incorporó a Champagne Jacquesson en 1829.

Aunque poco se sabe del navío, se cree que su destino final era la corte real de San Petersburgo, Rusia, lo que podría explicar el elevado precio de las botellas.


1841 Veuve Clicquot

34,000 dólares estadounidenses

En el mismo naufragio que contenía el Juglar Cuvée de 1820 había también una botella de Veuve Clicquot que data de 1841. En su momento se consideró el champagne más antiguo del mundo y fue adquirido por la restauradora Julia Sherstyuk a la casa de subastas Acker Merrall & Condit.

Sherstyuk, que buscaba algo novedoso para su restaurante de alta cocina rusa Buyan, con sede en Singapur, estaba dispuesta a invertir en esta extravagante adición a su ya millonaria colección de vinos. También compró una botella de Jugler.

“Siempre estamos buscando conexiones entre Singapur y Rusia. Así que, cuando descubrimos que estas botellas iban a parar a la corte rusa, por supuesto que nos interesó”, declararon a Twisted Lifestyle.

Volver al principio