Desde Europa hasta América Latina ha sido el recorrido profesional de Juan Carlos Trujillo, quien hace dos años tomó el liderazgo de Procter & Gamble (P&G) México, un desafío con el que ha llevado de la mano su visión estratégica y compromiso para un crecimiento sostenible.
Trujillo, de origen colombiano y con 28 años de trayectoria en la empresa, impulsa el empoderamiento de su equipo con el fin de mantener una cultura de excelencia operativa.
“En el 99 por ciento de los hogares mexicanos se encuentra al menos un producto de las marcas de Procter & Gamble”.
“Considero que el rol de un líder se define en cuatro puntos básicos: el primero es la estrategia; el segundo es elegir a la gente correcta; el tercero es mantener los estándares en los que se debe operar, eso se relaciona con la cultura; y el cuarto implica estar presente para habilitar y ayudar cuando alguien lo necesite”, señala.
La capacidad de reinventarse y adaptarse a los cambios es fundamental para el éxito de la empresa, esto se refleja en el talento de los colaboradores.
“P&G es un buen lugar para trabajar. Desde que te incorporas a la empresa, asumes grandes retos de los que todos los días aprendes. Nunca terminas de aprender; no importa si tienes uno o 10 años en la empresa. Puedes llegar tan alto como tú quieras. Esa capacidad de entrenar y hacer crecer a nuestra gente es única”, señala.
Muchos ex colaboradores de Procter & Gamble se han convertido en líderes de muchas compañías mexicanas o globales en el mercado.
La operación de Procter & Gamble en México no sólo es una de las 10 más grandes en ventas sino también un hub de producción con seis plantas que exportan sus productos a 60 localidades en 40 países.
Con sus 75 años de operación en México, Procter & Gamble se destaca como una de las subsidiarias más antiguas y grandes de Latinoamérica. La compañía ha sido un actor clave en la economía del país y ha dejado una huella positiva en millones de hogares mexicanos.
La firma llegó a México tras la Segunda Guerra Mundial y hoy celebra su éxito. La historia empezó con una pequeña planta de aceites vegetales de cocina cercana a la Basílica de Guadalupe; la compañía evolucionó y se posicionó en el mercado mexicano, brindando productos esenciales que han mejorado la calidad de vida de la población.
“El primer país que la empresa eligió después de la segunda guerra mundial fue México; pero un México muy distinto. Cuando llegamos en 1948, era un país de 26 millones de habitantes. Era un México al que no había llegado la televisión; un México que estaba pasando de una economía basada en el sector agrícola al industrial”, comenta.
“Los últimos dos años probablemente han sido los mejores años en crecimiento”.
Después de 75 años, la empresa cuenta con más de 30 marcas en México y rebasa los 7 mil colaboradores.
“Lo que más orgullosos nos hace sentir, es que en el 99 por ciento de los hogares mexicanos se encuentra al menos un producto de las marcas de Procter & Gamble. Nuestras marcas son de utilidad a todos los consumidores mexicanos. Es un orgullo estar al frente de esta operación tan importante”, afirma.
Con una historia que refleja esfuerzo y compromiso, la empresa se enfrenta a un futuro en el que es importante contar con una buena visión estratégica para los próximos tres a cinco años. Trujillo destaca que el consumidor es el centro de su estrategia de crecimiento, ya que entender sus necesidades y ofrecerle innovación a través de sus marcas emblemáticas son parte de los cimientos del éxito de la firma en México.
“Invertimos más de 2 mil millones de dólares a nivel global en innovación y desarrollo”.
“Los últimos dos años han sido los mejores en crecimiento de los últimos 20 años en Procter & Gamble México. Queremos mantener este momento, entender las necesidades del consumidor y a través de la innovación mejorar nuestras marcas para nuestros consumidores alrededor del mundo. En eso se basa toda nuestra estrategia”, señala.
La empresa planifica inversiones importantes como la apertura de un tercer centro de distribución en Irapuato para distribuir al norte del país, la ampliación de la capacidad de producción en plantas clave y la introducción de nuevas líneas de productos.
La pandemia de COVID-19 generó una demanda inesperada y puso a prueba la cadena de suministro de la compañía.
“La post pandemia generó un incremento desproporcionado del consumo y se encontró con una cadena de suministro que no estaba preparada para eso. La cadena de suministro ha sido un reto grande en los últimos dos años”, afirma Trujillo.
Eventos internacionales y las presiones geopolíticas también han agregado complejidad a la operación, pero a pesar de eso, el liderazgo colaborativo y la adaptabilidad de Procter & Gamble han sido fundamentales para superar los retos; otro de ellos es la escasez de agua.
“En México operamos ante la escasez de agua; nuestros productos requieren agua para su producción y su uso. Esos han sido los retos más importantes de los últimos dos años”, comparte.
Con más de 180 años de experiencia, algo que distingue a Procter & Gamble de sus competidores en Latinoamérica es su enfoque en innovación.
“Invertimos más de 2 mil millones de dólares a nivel global en innovación y desarrollo; en innovación de producto”, puntualiza.
El crecimiento de Procter & Gamble México bajo la dirección de Juan Carlos Trujillo es un testimonio de compromiso con la calidad y excelencia.
En el marco de su 75 aniversario en México, la empresa se comprometió a restaurar más agua de la que se consume, en evaporación y producto terminado, en sus seis plantas en el país al fabricar sus productos; “y más retador e importante aún, a restaurar más agua de la que se consume cuando las personas usan los productos de P&G en el área metropolitana de la Ciudad de México, en evaporación y producto terminado”, añade.
“La restauración de estos miles de millones de litros de agua al 2030 se realizará a través de alianzas con expertos locales e internacionales; entre las acciones destacan la reforestación para recarga de subsuelo, programas de sustitución de agua fresca en riego por reciclada, apoyo para la potabilización de fuentes de agua, minimizar la perdida de agua, entre otros”, concluye.