El interés por la ciencia es algo que siempre estuvo presente en Eduardo Suger, fundador de la Universidad Galileo de Guatemala, hijo de padre suizo y madre guatemalteca, nacido en Suiza.
Se mudó a Guatemala de niño y creció interesado especialmente en matemáticas y ciencia pura. Siempre estuvo fascinado por la geometría y la relación entre forma y función en la naturaleza. Incluso construyó radios y circuitos eléctricos junto a sus amigos. A los 12 años, ya estaba dando clases de matemáticas a sus compañeros.
Tras graduarse de la escuela secundaria, decidió ir a estudiar a Suiza, donde logró ingresar al Tecnológico Federal de Zúrich.
“Mi héroe es Einstein. Yo traté de seguir los pasos de Albert Einstein. Obviamente, no lo logré, pero sí entré a la universidad donde él estudió. Con esfuerzo logré la admisión al Tecnológico Federal de Zúrich, Suiza, donde se graduó Einstein y varios premios Nobel de Física. Es una universidad tecnológica muy sólida, de mucho prestigio mundial”.
“Con esfuerzo logré la admisión al Tecnológico Federal de Zúrich, Suiza, donde se graduó Einstein y varios premios Nobel de Física”.
Su vida laboral también fue importante en la nación helvética, pues en su último año de estudios fue contratado por IBM en su centro de investigación de Suiza.
“Ahí trabajé con un físico muy conocido, Paul Erdős. En ese lugar se trabajaba naturalmente para lograr los requerimientos de construcción de computadoras. En el piso superior en donde yo tenía mi oficina estaban trabajando en la producción de los primeros discos magnéticos”, señala a The CEO Magazine.
Finalmente, el amor lo hizo regresar a Guatemala, “yo me regresé para casarme con ella. Estuvimos casados por 58 años, tuvimos cinco hijos y nueve nietos”, aseguró. Desafortunadamente su esposa falleció hace dos años.
Ya estando en la nación centroamericana trabajó en la Universidad de San Carlos de Guatemala, “aquí me invitaron a la Universidad de San Carlos para dar unas conferencias en la Semana de Ingeniería”. Posteriormente se convirtió en decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
“Al fundarse la Universidad Marroquín, el doctor Manuel Francisco Ayau Cordón, intelectual, académico, empresario y fundador del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES), de la Universidad Francisco Marroquín (UFM), a quien no conocía, conversó conmigo un día y me pidió que fuera profesor de matemáticas para las facultades que existían en ese entonces. La universidad tenía solo 2 o 3 años de fundada y lo único que había era la facultad de ciencias económicas y derecho. No existía la de ingeniería”, aseguró.
Formó el programa en la Facultad de Ciencias Económicas y la escuela de maestría en Administración y Economía, LCA, de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas en la Universidad Francisco Marroquín.
También Eduardo Suger se incorporó con un grupo a hacer solución por modelos matemáticos de varios problemas que se daban en empresas de ganadería y de automóviles, fue entonces cuando se conectó con el sector empresarial.
“Hicimos un estudio en una empresa productora de carne para determinar cuánto costaba cada uno de los diferentes cortes que se hacían a la variedad de reses que tenían o que producía esa empresa. Entonces, me muevo en un círculo muy amplio, pero siempre enseñando y resolviendo problemas muy profundos de matemáticas y ciencia”, asegura.
El académico considera muy importante el hecho de que la tecnología se esté implementando en la enseñanza, “es lo que ha cambiado la educación y muchas cosas, y ahora es una necesidad imperiosa; no digamos el uso de las computadoras y tratar de inventar calculadoras y máquinas para poder hacer operaciones matemáticas, eso ya lo estaba proponiendo Leibniz en Alemania, y también lo hicieron los chinos por muchísimos cientos de años”, señala.
“Entonces, yo había trabajado con IBM y me llamaron para manejar una distribución de computadoras. Fui a una empresa de computadoras, trabajé un par de meses sin que dicho trabajo me impidiera dar clases”, asegura.
Y siguió en la Universidad Marroquín, mientras pensaba en lo que el siglo XXI exigiría a la academia, “lo que realmente necesitamos en todas las carreras universitarias y en todas las empresas es el pensamiento sistémico, que surgió desde el año 1900”, señala Suger.
El pensamiento sistémico es una forma de pensamiento que se enfoca en ver el mundo como un sistema interconectado de partes, en lugar de ver las cosas de manera aislada. Eduardo Suger explica cómo esta forma de pensamiento ha cambiado la forma en que abordamos los problemas en el mundo moderno. En lugar de tratar de solucionar un problema aislado, el pensamiento sistémico considera cómo todas las partes del sistema están interconectadas, afectan y son afectadas por otras partes del mismo sistema.
“Sin clases no puedo vivir”.
Este enfoque se aplica a todo, desde la producción de café hasta el diseño de ciudades y la educación. Por ejemplo, al producir café, es importante considerar todos los factores que intervienen, desde el clima hasta la ubicación del cultivo y la forma en que se manejan los desechos. Al diseñar una ciudad, se deben considerar factores como la densidad de población, el tráfico y la accesibilidad para garantizar que la ciudad funcione de manera eficiente y sostenible.
En cuanto a la educación, Eduardo Suger fundó una universidad con un enfoque en la enseñanza de la informática y la tecnología, en respuesta a la creciente demanda de habilidades tecnológicas en la sociedad moderna. El recinto universitario se centró en el pensamiento sistémico, alentando a los estudiantes a pensar en términos de sistemas interconectados en lugar de abordar los problemas de manera aislada.
Al considerar cómo todas las partes están interconectadas, podemos abordar los problemas de manera más efectiva y sostenible, y trabajar juntos para crear soluciones que sean beneficiosas para todo el sistema. Concepto que se ha arraigado en la Universidad Galileo como base fundamental.
Y así es como nace la idea de fundar la universidad en Guatemala, con la visión de crear un espacio de aprendizaje con tecnología avanzada que pudiera formar a los líderes tecnológicos del país y de América Latina.
“Estaba en la Universidad Marroquín, impartiendo matemáticas y trabajando de pleno en la San Carlos, en varias universidades, en la Gálvez, etcétera. Y también trabajando en instalación de sistemas de computación. Mi ilusión era hacer la escuela de sistemas y computación, crear una nueva carrera en el país, una ingeniería para que fuera fácil catalogarla dentro del pensamiento”, señala.
Esto como una respuesta a la creciente demanda de habilidades tecnológicas en la sociedad moderna. Eduardo Suger, con su experiencia y pasión por la informática y la educación, no solamente fundó la Escuela de Sistemas y Computación en la Universidad Marroquín, con el objetivo de crear una nueva carrera que fuera fácilmente comprensible y categorizable dentro del sistema educativo, sino también para enfrentar el panorama que vivía la informática durante sus primeros días en Guatemala, cuando las computadoras eran máquinas grandes y costosas que requerían tarjetas perforadas para ingresar datos.
Suger explica cómo los discos de almacenamiento eran caros y propensos a perder la alineación, y cómo la computación se convirtió rápidamente en una necesidad para las empresas y organizaciones gubernamentales de todo tipo.
Nuestro entrevistado también destaca la importancia de la automatización de las operaciones bancarias y la necesidad de un buen software bancario para garantizar la eficiencia y la seguridad en el sector financiero.
Pero sobre todo, resalta la necesidad de una educación actualizada y accesible en el campo de la informática, y cómo la Escuela de Sistemas y Computación de la Universidad Marroquín ha sido un importante paso hacia ese objetivo.
Suger reflexiona sobre su decisión de fundar la universidad Galileo, que ha sido un proyecto desafiante pero gratificante que permite a miles de estudiantes guatemaltecos obtener una educación superior de calidad.
“Mi ilusión era crear una nueva carrera en el país”.
“Creamos centros en toda la República de Guatemala, hay muchos centros de Galileo en casi todos los departamentos y municipios, pero ese fue el principio. Después se logró consolidar la facultad de Ingeniería de Sistemas, Informática y Ciencias de Computación, y Física”, asegura.
El éxito de la Universidad Galileo se debe en gran medida a la calidad de sus profesores, ya que son ellos quienes comparten el conocimiento y brindan la experiencia práctica a los estudiantes. Para seleccionar a los profesores adecuados, se enfocan en tres áreas principales:
Los profesores deben poseer un doctorado y estar especializados en su campo de estudio. Además, la universidad busca profesores que hayan hecho investigaciones y publicado artículos en revistas de renombre internacional, para garantizar que estén al día en su campo de estudio y sean capaces de enseñar a los estudiantes los avances más recientes.
Por ejemplo, el entrevistado menciona a Andrea Lara, una alumna de la Universidad Galileo que obtuvo su doctorado en Austria después de haber estudiado en Alemania. Su investigación se centró en la dinámica de las aurículas y ventrículos en un corazón, y se realizó mediante la utilización de tomografías. Esto es un ejemplo de la calidad y profundidad de la investigación que se espera de los profesores en la Universidad Galileo.
Además de su conocimiento académico, los profesores deben ser capaces de transmitirlo de manera efectiva a los estudiantes. La universidad busca que los catedráticos tengan experiencia en laboratorios y que hayan trabajado en problemas difíciles, para que puedan transmitir esa experiencia práctica a los estudiantes. Además, se espera que los profesores tengan habilidades interpersonales sólidas y que sean capaces de relacionarse bien con los estudiantes.
Por último, la Universidad Galileo busca profesores que tengan una personalidad equilibrada y sean agradables.
Para lograr esto, la universidad trabaja con el Instituto de Psicología Individual en Düsseldorf, Alemania, que enseña la psicología adleriana. Esta enseñanza ayuda a los profesores a desarrollar habilidades personales y sociales, para que puedan ser más agradables y comprensivos con los estudiantes.
Además de estos tres aspectos, la Universidad Galileo también tiene un programa que ayuda a los profesores a obtener doctorados en el extranjero, y trabaja en colaboración con universidades de renombre como el MIT. Esto asegura que los profesores estén al día en las últimas tendencias y desarrollos en su campo de estudio, lo que se traduce en una mejor educación para los estudiantes.
En resumen, la selección de profesores en la Universidad Galileo es un proceso detallado y riguroso que se enfoca en asegurar que tengan un amplio conocimiento académico, habilidades de enseñanza efectivas y una personalidad equilibrada. Al seleccionar a los mejores profesores posibles, la universidad puede brindar a sus estudiantes la mejor educación y ayudarlos a tener éxito en sus carreras.
También la relación con los proveedores es importante, sin embargo, Eduardo Suger, ha ido delegando tareas, “desde que fundé la universidad, me he ido retirando más y me he encontrado más metido entre los que están dando clases. Eso sí, sin clases no puedo vivir. Y dos, con los que están haciendo investigación”, señala. La parte de proveedores está a cargo del licenciado Jean Paul Surger, vicerrector administrativo y quien nos detalla la relación con sus abastecedores.
“Desde que me incorporé a Galileo en 2002, se buscó centralizar en un proveedor, hacer los contactos y luego, a través de las relaciones que mencionaba el señor rector, sobre todo en computadoras y servicios de internet, hemos tratado de contratar a los proveedores más competitivos, los que tienen mayor eficiencia en el momento”, comparte Jean Paul Surger.
Los proveedores más esenciales para la universidad son aquellos que suministran piezas de computación y tecnología, así como el servicio de internet, ya que estos son necesarios para actuar rápidamente ante cualquier eventualidad y reparar problemas en menos de 24 horas. Por ejemplo, durante la pandemia, la universidad tuvo un problema con un disco que se había trabado, pero logró levantar un sistema paralelo en 24 horas y recuperar todo con la ayuda de proveedores con los que han trabajado durante más de 15 años.
La tecnología y los servicios de redes son cruciales para la mayoría de las empresas hoy en día, ya que las cadenas de suministro y todo se maneja a través de pedidos, comunicaciones y pagos en línea. Y en ese tenor, Jean Paul Surger tiene un papel importante en la gestión de proveedores de tecnología y servicios de internet de la universidad.
Para ello es importante la posibilidad de adquirir productos de cualquier parte del mundo si no están disponibles localmente, “cuando tuvimos que montar un centro de estudios y necesitábamos hacerlo lo más rápido posible, vimos que el proveedor local no tenía disponibilidad, entramos a Amazon y en cuatro días teníamos en Guatemala todo el equipo que necesitábamos”, asegura Jean Paul Suger.
En cuanto a resaltar la competencia de la cadena de suministro de la Universidad Galileo, Jean Paul Suger señaló la agilidad que ofrece la tecnología en la cadena de suministro, y cómo eso vuelve más ágil al proveedor local.
Finalmente, Jean y Eduardo Surger destacaron la importancia de tener una visión sólida y firme para adaptarse a los cambios en el mercado, basada en un estudio permanente y una investigación constante. Destacan la creación del centro GES con el MIT, que ofrece cursos en línea y ha superado el millón de alumnos en todo el mundo, junto con la importancia de la tecnología en la cadena de suministro para hacerla más ágil y eficiente.