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Construyendo su imperio desde cero en múltiples industrias, Dwayne ‘The Rock’ Johnson, uno de los actores más rentables del mundo, aprendió a negociar, fundar empresas multimillonarias y crear una máquina de marketing imparable: él mismo.

Dwayne “The Rock” Johnson nunca planeó ser una estrella de cine, ni esperaba cofundar una compañía de producción, o ser uno de los principales actores de la industria del tequila, o copropietario de la Liga de Fútbol Americano XFL.

Sin embargo, es un ejemplo poco común de un futbolista convertido en luchador profesional, actor y empresario. Este actor de 52 años es el estadounidense más seguido en Instagram, con 395 millones de perfiles que observan cada uno de sus movimientos, fue nombrado el “hombre vivo más sexy” por la revista People en 2016 y ha encabezado la lista de Forbes de los actores mejor pagados de Hollywood durante varios años.

En la actualidad, se estima que la fortuna de Johnson ronda los 800 millones de dólares, lo que le valió el título del segundo actor más rico del mundo en 2024. Al reflexionar sobre su inmenso imperio en 2021 para Vanity Fair, Johnson dijo sobre su éxito: “Me sienta bien, pero ese nunca fue el objetivo, simplemente no quería estar en la ruina, y no quería que mi familia estuviera en la ruina nunca más. Esa es una bendición”.

Sus inicios

Puede resultar fácil descartar a Johnson como un simple actor de primera línea que vende productos y se beneficia de acuerdos de patrocinio con celebridades; sin embargo, al hablar con él hace evidente otra cosa. Se trata de un hombre de negocios muy inteligente, un trabajador incansable para construir su legado.

“Me quedo despierto por la noche, trabajando, pero también contemplando profundamente el siguiente paso, y el impacto y efecto que tendrá cada cosa”.

“Creo que hoy en día la gente tiende a pensar que las cosas se consiguen fácilmente, y no es así,  es todo lo contrario. Me quedo despierto por la noche, trabajando, pero también contemplando profundamente el siguiente paso, y el impacto y efecto que tendrá cada cosa”, indica.

La inseguridad financiera fue una constante para Johnson durante su infancia. Su padre, Rocky Johnson, era luchador profesional (al igual que su abuelo, Peter Maivia) y, si bien era una leyenda en la industria, eso no necesariamente se traducía en un ingreso estable.

Johnson se mudó a Hawái cuando era adolescente con su madre, quien se ganaba la vida limpiando habitaciones de hotel. Fue arrestado en numerosas ocasiones por delitos como hurto menor, fraude con cheques, vandalismo y agresión. Recuerda que cuando tenía 15 años, lo desalojaron con su madre de su apartamento en Honolulu; fue un momento de crecimiento, y a partir de ese día, impulsó su ambición.

“Me rompió el corazón. Recuerdo que me dije a mí mismo: ‘Haré todo lo que pueda para asegurarme de que nunca más nos desalojen’”, le dijo a Fortune en 2014.

Se mudaron a Nashville, donde su padre trabajaba, y Johnson puso en marcha un plan.

“¿Qué significa eso?”, reflexionó. “¿Qué significa tener éxito? Bueno, los hombres exitosos que admiré como Arnold Schwarzenegger, Clint Eastwood y Sylvester Stallone, construyeron sus cuerpos”, señala.

El ala defensiva Dwayne Johnson 94 de los Hurricanes de la Universidad de Miami levanta los brazos mientras él y sus compañeros de equipo abandonan el campo durante el juego de la NCAA en 1993.

Comenzó a hacer ejercicio, levantando pesas y concentrándose en mejorar su estado físico, y con el entrenamiento, también encontró claridad mental y disciplina.

En la escuela secundaria Freedom High School de Bethlehem, Pensilvania, Johnson descubrió que tenía un talento considerable como tackle defensivo, lo que resultó en un fichaje por la Universidad de Miami. Con el campeonato nacional de 1991, parecía que la carrera de Johnson en la NFL era inevitable, hasta que una lesión en la espalda lo dejó fuera de juego en su último año.

En 1995, a los 22 años, pasó dos meses en los Calgary Stampeders de la Liga Canadiense de Fútbol, ​​antes de que lo despidieran del equipo. Johnson, con su orgullo herido y sus perspectivas frustradas, terminó de vuelta con sus padres en Tampa, con solo siete dólares en su cartera; más tarde bautizaría su compañía de producción como Seven Bucks Productions como homenaje a ese momento.

Una segunda oportunidad

Aunque tomar el mismo camino que su padre no era parte del plan, cuando se vio obligado a reconsiderar sus opciones, Johnson decidió que incursionar en la lucha libre tenía sentido.

“Antes de llegar a las grandes y brillantes luces de la WWE, luchaba en mercados, carnavales y concesionarios de autos usados. Cuando empiezas tu carrera así, luchando por 40 dólares por combate, entras en una aventura con un mayor aprecio y tienes mayor voluntad de ir por tus sueños”, le dijo a Forbes en 2023.

“Cuando empiezas tu carrera así, luchando por 40 dólares por combate, entras en una aventura con un mayor aprecio y tienes mayor voluntad de ir por tus sueños”.

Poco a poco, Johnson ganó impulso. Tanto sus fans como su sueldo aumentaron, y en 2000, después de cuatro años en la WWE, Saturday Night Live se acercó a él para presentar un programa. Su carisma sorprendió al público y a los ejecutivos de Hollywood, y a partir de ahí, la carrera de Johnson creció como una bola de nieve.

Su primera aparición en un largometraje,  The Mummy Returns (El Retorno de la Momia) en 2001, resultó tan popular que le dieron su propio spin-off para protagonizarlo. Interpretando al personaje epónimo en The Scorpion King (El Rey Escorpión) en 2002, Johnson estableció un récord mundial Guinness con el salario más alto pagado, 5.5 millones de dólares para un papel protagónico debut.

En 2004, dejó la WWE para dedicarse a la actuación a tiempo completo. Encontró su nicho en la pantalla como un tipo adorable con un corazón de oro, predominantemente en los géneros de comedia y acción, desde Be Cool (Ser Genial) en 2005 hasta Fast and Furious (Rapidos y Furiosos) entre 2011 y 2019, antes de descubrir su particular talento y atractivo dentro de la categoría infantil.

Su gran equipo

Una parte integral del próspero imperio de Johnson ha sido el equipo que trabaja detrás de escena, en particular su socia comercial y ex esposa, Dany García. García y Johnson se conocieron cuando eran estudiantes en la Universidad de Miami, se enamoraron, se casaron y tuvieron una hija, Simone (ahora de 23 años).

En 2007, la pareja solicitó el divorcio, pero la decisión fue amistosa y continuaron compartiendo una admiración mutua el uno por el otro. Apenas un año después de la separación, García asumió el papel de manager de Johnson y una nueva versión de su relación comenzó a tomar forma.

“La pregunta de inicio fue: ‘¿Cómo podemos crear una estructura corporativa alrededor de esta bestia llamada Dwayne Johnson? ¿Qué podemos hacer para que este hombre, cuando ya no esté frente a la cámara, pueda tener mucho que ofrecer?”, dice García a Fortune.

“La vida es asombrosa, la vida es desordenada, la vida es lo que haces con ella”.

En 2019, Johnson se casó con la cantautora Lauren Hashian, con quien tuvo dos hijas más, Jasmine, de ocho años, y Tiana, de seis. Si bien la dinámica familiar, la combinación de trabajo y vida pueden ser poco convencionales, su esfuerzo está dando frutos.

“La vida es asombrosa, la vida es desordenada, la vida es lo que haces con ella. Me alegra decir que estamos trabajando muy bien juntos, pero requirió esfuerzo. Con Dany, fue pasar por el momento desagradable del divorcio y luego tener la madurez para decir: ‘Todavía somos amigos, nos respetamos; hagamos negocios, grandes negocios’”, comparte Johnson.

Creando compañías

Su primer lanzamiento juntos fue la creación de Seven Bucks Productions en 2012, en un esfuerzo por tomar el control creativo de la carrera actoral de Johnson. Desde entonces, la empresa multiplataforma ha sido responsable de películas que recaudaron más de cuatro mil 600 millones de dólares. Han coproducido una serie de éxitos de taquilla protagonizados por Johnson, entre ellos Jumanji: Bienvenidos a la Jungla en 2017, que obtuvo el récord como la segunda película de Sony más taquillera (943 millones de dólares), y Black Adam en 2022 en Estados Unidos (393 millones de dólares).

2020 fue un año comercial particularmente importante para Johnson, ya que adquirió la XFL American Football League por 15 millones de dólares, que luego se fusionó con la USFL para convertirse en la United Football League en 2024.

Un autoproclamado entusiasta del tequila, ese mismo año Johnson fundó Teremana, un tequila ultra-premium. Teremana batió récords desde el inicio del lanzamiento, y 2023 marcó el hito de lograr el título de la marca de bebidas espirituosas premium más rápida en vender un millón de cajas de nueve litros en un período de 12 meses en los Estados Unidos. Ahora el producto se ha expandido a varios países del mundo y ha acumulado más de 17 reconocimientos importantes.

Johnson sorprende a los niños antes de la proyección de Moana 2

“Me encanta crear productos y marcas de calidad para la gente. Amo lo que hago. Sinceramente, me encanta construir desde cero”, explicó a Vanity Fair.

En 2021, Johnson centró su atención en otra nueva empresa tremendamente exitosa, ZOA Energy, que comenzó como una bebida energética natural sin azúcar y desde entonces se ha expandido para incluir una proteína en polvo pre-entrenamiento.

Dada la experiencia de Johnson en la lucha libre profesional, así como su predilección por desarrollar su físico en el gimnasio, creó un producto que pudo comercializar particularmente bien: ZOA, que cuenta con tasas de repetición de compra del 50 por ciento, siendo el 30 por ciento de los consumidores nuevos en el espacio de las bebidas energéticas. En noviembre del año pasado, Molson Coors compró la participación mayoritaria por 53 millones de dólares, lo que demuestra su enorme potencial de ganancias.

Aprovechando oportunidades

Además de sus principales empresas, Johnson también aporta su experiencia y su nombre altamente rentable a una variedad proyectos. Estos van desde su colección Project Rock para Under Armour y acuerdos de patrocinio en curso con Ford y Apple que le hacen ganar decenas de millones de dólares adicionales cada año, hasta lo inesperado, como el lanzamiento de su asequible línea de champú y cuidado de la piel Papatui, que es vendido en tiendas Target en todo Estados Unidos.

La filantropía también es una de sus prioridades, como lo demuestra la organización benéfica Dwayne Johnson Rock Foundation, así como importantes contribuciones regulares como una donación conjunta de 10 millones de dólares con Oprah Winfrey para ayudar a las víctimas de los incendios de Maui en 2023.

“Me encanta crear productos y marcas de calidad para la gente. Amo lo que hago. Sinceramente, me encanta construir desde cero”.

Es claro que cada emprendimiento es cuidadosamente elaborado, lo cual contribuye a la buena imagen de Dwayne “The Rock” Johnson.

“Hubo una época en mi vida en la que las oportunidades eran tan escasas y distantes entre sí, que eran como pequeñas grietas en la pared; hacía cualquier cosa para asegurarme de tomarlas y no dejarlas pasar. Hoy, son un poco más frecuentes, pero todavía las veo como una grieta y las aprovecho”, compartió Johnson a Fortune.

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