Cuando inevitablemente terminan las tan esperadas vacaciones, la vuelta al trabajo puede ser un reto, y las pilas recargadas durante el descanso pueden agotarse rápidamente. Con frecuencia es entonces cuando muchas personas experimentan la llamada “depresión posvacacional”, incluso aquellas a las que realmente les gusta el trabajo al que vuelven.
Los síntomas incluyen, entre otros, sentimientos de tristeza o irritabilidad, fatiga o bajos niveles de energía a pesar de haber descansado, y aumento de la ansiedad por ponerse al día con el trabajo perdido. Es una reacción natural al cambio repentino de un entorno vacacional relajado a un entorno laboral estructurado y formal.
Sin embargo, hay varias cosas que puedes hacer para que tu vuelta a la oficina sea mucho más suave. Aquí tienes cinco consejos que te ayudarán a reincorporarte a la rutina laboral habitual y a mantenerte enérgico y productivo, sin perder la energía que has ganado durante tu tiempo de descanso.
El primer paso para superar la depresión posvacacional es trabajar la mentalidad. La vuelta a la oficina puede parecer desalentadora, pero en lugar de centrarte en la cantidad de trabajo que tienes que hacer y que te genera ansiedad, intenta replantear tu perspectiva. Piensa en tu vuelta como una gran oportunidad de utilizar tu renovada energía y creatividad para sacar adelante ese proyecto que realmente te entusiasma.
Lanzarse a trabajar de inmediato puede ser contraproducente y aumentar aún más los niveles de estrés.
Pero también es importante reconocer que la reincorporación al trabajo puede llevar tiempo, así que, aunque experimentes estos sentimientos negativos, sé amable y delicado contigo. Date tiempo para reajustarte y recuerda dar prioridad al cuidado personal. Adoptar hábitos positivos, como mantener un horario de sueño constante, puede ayudarte mucho a restablecer tu rutina y mejorar tu bienestar.
Cuando te encuentras con cientos de correos electrónicos en la bandeja de entrada y lo que parece una lista interminable de tareas pendientes, es normal que te sientas abrumado y pienses que todo es urgente. Sin embargo, lanzarse a trabajar de inmediato puede ser contraproducente y aumentar aún más tus niveles de estrés.
En lugar de eso, empieza por priorizar y clasificar tus tareas en cuatro áreas clave: las que requieren atención inmediata, las que pueden posponerse un par de días, las que pueden delegarse a otras personas; y los proyectos que pueden finalizarse más adelante, dentro de unas semanas, por ejemplo. Este planteamiento te ayudará a gestionar tu carga de trabajo de forma más eficaz, permitiéndote avanzar con paso firme, evitando sentirse abrumado.
En lugar de intentar conseguir todo lo posible en poco tiempo, quizá por miedo a parecer desmotivado o perezoso, reevalúa tus expectativas para los primeros días tras la vuelta al trabajo. No te presiones demasiado y establece objetivos más pequeños y alcanzables que te mantengan motivado para seguir adelante.
Lejos de ser improductivo, el tiempo dedicado a recuperarse es una inversión que alimenta y mejora la siguiente oleada de rendimiento.
Una vez que hayas abordado las tareas más urgentes, céntrate en las más pequeñas y manejables. Como podrás completarlas con bastante rapidez, el ver cómo se reduce tu lista de tareas pendientes te ayudará a sentir que tienes más control. Fijarse objetivos realistas y celebrar los pequeños logros puede ayudar a mantener la motivación y mejorar el estado de ánimo general. Date una recompensa y recupérate con una “tarea bien cumplida” cuando hayas abordado una que sea importante pero que no disfrutas haciendo.
Al sentir presión para ponerse al día con el trabajo, puedes caer en la trampa de sobrecarga de responsabilidades y trabajar sin parar. Pero para asegurarte de que tus pilas recién recargadas no se agoten inmediatamente a tu vuelta, debes recordar centrarte en la recuperación.
Al recuperar intencionadamente la energía de cada 90 a 120 minutos y trabajar con los ritmos ultradianos del cuerpo, puedes darte la mejor oportunidad de mantener un alto nivel de rendimiento y estar en tu punto óptimo durante la mayor parte del día.
Esto puede lograrse moviendo los principales músculos del cuerpo a través de dar un paseo o utilizando las escaleras en lugar del elevador, evitando los tentempiés azucarados y la cafeína en favor de alimentos más nutritivos y, en lo posible, participando en actividades que permitan desconectar mentalmente del trabajo, como socializar, leer o escuchar música.
Lejos de ser improductivo, el tiempo dedicado a recuperarse es una inversión que alimenta y mejora la siguiente oleada de rendimiento, muy necesaria cuando hay mucho que hacer después de las vacaciones. Deberías practicarlo en un formato de “periodos cortos, muchas veces”, en lugar de trabajar a tope durante varias horas y luego tomarte una hora de descanso.
Hay una razón detrás del dicho “dos cabezas piensan mejor que una”. Si te encuentras desbordado de trabajo incluso después de haber avanzado mucho en tu carga de trabajo, no tengas miedo de pedir ayuda a tus compañeros y delegar tareas siempre que sea posible. Es bastante normal que las tareas puedan reasignarse entre los miembros del equipo y los plazos pueden ajustarse con un impacto mínimo.
Si te encuentras desbordado de trabajo, incluso después de haber progresado significativamente con tu carga de trabajo, no tengas miedo de pedir apoyo a tus compañeros.
Si la melancolía posvacacional persiste durante más tiempo, considera si estos sentimientos realmente están relacionados con las vacaciones o si puede haber otros factores subyacentes. Es fundamental buscar la raíz de estas emociones y buscar ayuda, ya sea hablando con el jefe de equipo o el responsable de RRHH, o buscando ayuda profesional en salud mental.
La depresión posvacacional tras la vuelta al trabajo es una reacción natural que puede tardar algún tiempo en desaparecer. Sé amable y paciente contigo, y date la oportunidad de adaptarte gradualmente a tu antigua rutina. Seguir los consejos anteriores te ayudará a reincorporarte a tus responsabilidades, manteniendo la energía y aumentando la productividad al mismo tiempo.
Lesley Cooper
Miembro del Grupo de Colaboradores
Lesley Cooper es consultora con más de 25 años de experiencia en el diseño y la ejecución de todos los elementos de los programas de gestión del bienestar de los empleados. En 1997 fundó WorkingWell, una consultora especializada galardonada que ayuda a las empresas a gestionar la presión en el lugar de trabajo de forma que facilite el crecimiento y el desarrollo. Lesley es también coautora de “Brave New Leader: How to Transform Workplace Pressure into Sustainable Performance and Growth”. Para más información, visita https://www.workingwell.co.uk/the-team