Cortesía de Endo Kazutoshi, dios del sushi, este nuevo restaurante ofrece un sushi increíble. Los interiores minimalistas consiguen crear un ambiente agradable, con personal amable y buena música. Conocido por sus temaki – conos de sushi – que son tan frescos y deliciosos como su reputación dicta, el resto del menú es igual de agradable. Todo está lleno de sabor, desde el nigiri y el sashimi hasta los platos principales. Cada una de las salsas es de elaboración propia y se nota. No te pierdas el postre, en particular el ligero Matcha Mille Feuille.
Si se mira más allá del mural de los ojos, el Portobello’s Gold da paso a un entorno frondoso que es casi transportable. La mayor parte del menú de temporada se cocina a fuego abierto y ofrece platos europeos modernos con un toque especial para todos los paladares y restricciones alimenticias. Es uno de los pocos locales de la zona que abre después de las 11 de la noche, con un bar muy concurrido y animado. Los cocteles incorporan más frutas y hierbas de las que se suelen encontrar: los ricos e inesperados sabores del Banana Old Fashioned, lo convierten en uno de los favoritos.
Este elegante restaurante, galardonado con tres estrellas Michelin por cortesía de la Mejor Chef Femenina del Mundo 2018, Clare Smyth, destaca por sus modernos menús degustación. Utilizando ingredientes británicos sostenibles, la cocina de influencia francesa integra claramente la pasión de Smyth por la naturaleza. Refinada y bellamente presentada, una comida aquí es un viaje acompañado por un servicio excepcionalmente atento (pero no abrumador) en un comedor moderno.
El restaurante Orasay, de Jackson Boxer, se ha reinventado en varias ocasiones, pero sigue siendo una marisquería acogedora. Abierto tanto para el almuerzo como para la cena y- siguiendo el ejemplo de los populares establecimientos neoyorquinos, la hora feliz de las ostras precede a la noche -, el sofisticado menú está repleto de elementos familiares. El sándwich de Haddock frito que se sirve al mediodía, es uno de los mejores: un elegante sándwich de filete de pescado tan perfectamente hecho, que se pensará en él mucho tiempo después.
Tras haber recibido una glamorosa renovación durante la pandemia, The Ledbury vuelve con sus menús degustación de autor. Las presentaciones artísticas inspiradas en la naturaleza definen cada plato, con la temporada en turno como protagonista. Conocido por su innovación, cada plato tiene un giro inesperado. Más relajado que muchos otros restaurantes de alta cocina – no hay código de vestimenta – el ambiente de convivencia permite disfrutar de una cena agradable, aunque cara, con los amigos o la familia.
Reinventado para volver a cerrar justo antes de la pandemia, Julie’s tiene un ADN bastante histórico. Tras haber acogido a personajes como Mick Jagger, Madonna, Kate Moss y otros en su época de esplendor, el restaurante fue reformado en el transcurso de cuatro años. Los sofisticados espacios para comer siguen contando con algunos rincones privados, y hay una amplia terraza cuando el clima lo permite. El menú «británico moderno» incluye verduras de mercado junto a proteínas clásicas con una sensibilidad de bistró. Después de la cena, puedes pasar por el champagne bar para tomar una o dos copas.
Con un enfoque francés y un toque italiano que refleja el origen de sus propietarios, Caractère se encuentra en una esquina inesperada y tranquila, un poco alejada del bullicio principal del barrio. Definido como «informal y contemporáneo», el restaurante es precisamente eso. Elementos como el menú degustación a elegir dan un toque interactivo a la experiencia, haciéndolo más fresco y joven que sus homólogos. Las categorías del menú se definen por la intensidad del sabor; asegúrate de incluir el postre, también conocido como «Greedy», ya que cada uno es espectacular.
Aunque está lleno todo el año, el mejor momento para visitar Mazi es en los meses más cálidos: su terraza y jardín atraen con una sensación de frondosidad que recuerda las vacaciones en una isla europea, muy ad-hoc con la comida que sirven. Los deliciosos platos griegos, pensados para ser compartidos, definen el menú y los sabores frescos y aromáticos encienden cada plato. Piensa en el aceite de oliva infusionado con tomillo para dar profundidad a los tomates asados con miel, queso de cabra y eneldo fresco para animar el risotto de alcachofas. Las porciones pueden ser más pequeñas, así que pide lo suficiente; no te irás con sobras.
Esta historia fue publicada por primera vez por Quintessentially.com y se vuelve a publicar con permiso. Para más información, ponte en contacto con [email protected]