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El sector aeroespacial en México ha evolucionado y FEMIA ha sido pieza clave de ese despegue.

De acuerdo con Carlos Robles, presidente de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA), durante los últimos siete años México ha ido demostrando que puede tener una labor destacada en el sector aeroespacial.

“La meta era resaltar nuestro sector aeroespacial y que México fuera considerado como un gran país integral”, comparte Robles, quien por segunda ocasión es líder de FEMIA y ha vivido cambios importantes en la industria en la última década.

En el 2020 la pandemia de COVID-19 generó desafíos para las empresas que conforman el sector, de hecho, algunas frenaron operaciones en ese periodo. Ahora, diversos factores generan un rebote económico.

De acuerdo con el ejecutivo, las diferencias comerciales entre grandes potencias mundiales, conflictos geopolíticos y su impacto en las cadenas de suministro colocan a México en una buena posición estratégica para el comercio mundial. 

“Hoy es el momento del sector aeroespacial en México”.

“Hay una franca recuperación. Hoy es el momento del sector aeroespacial en México. Estamos ante una ventana de oportunidad importante, como quizá no había existido antes”, afirma.

Para Robles, esta oportunidad requiere un esfuerzo significativo en términos de recursos humanos y económicos, así como la colaboración entre empresas, gobiernos y entidades académicas, una asociación conocida como la triple hélice. Robles señala que la apertura de nuevas empresas y la expansión de las existentes son dos sucesos esenciales para capitalizar este momento crucial.

Relocalización de empresas

Los costos logísticos y las complejidades asociadas han hecho que las empresas consideren a México como una alternativa viable, dado que el país se encuentra en una posición geográfica privilegiada.

“Nos corresponde ser un puente facilitador de las actividades que se puedan desempeñar en el país. Debemos ir censando el entorno de negocios del sector aeroespacial en México, de tal forma que podamos adaptarnos”, asegura Robles.

Para FEMIA, el nearshoring representa desafíos y oportunidades para la industria aeroespacial en México, e incorpora nuevos procesos de manera significativa. 

El impacto de la relocalización de empresas en el ecosistema de la industria aeroespacial mexicana se manifiesta de tres formas principales; la primera se refiere a la expansión de operaciones de las empresas que ya operan en el país. El segundo aspecto abarca a las compañías que aún no tienen presencia en México y les beneficia la ubicación geográfica por los flujos logísticos y costos. El tercer punto a considerar es que ante el nearshoring la carrera espacial se fortalece.

“Debemos ir censando el entorno de negocios para que podamos adaptarnos”.

“Al participar comercialmente en el bloque de la región Norteamérica y no tener una operación en México complica muchísimas cosas, eleva los costos, los tiempos de entrega y no se tiene tanto control de la proveeduría. Ante las empresas que están interesadas en abrir operaciones en México, ahí es donde participamos tomando un rol para conectar a los interesados, a los compradores con los vendedores y con las oportunidades”, comenta.

También se analiza el entorno macroeconómico y político del país ante las elecciones del 2024.

“El proceso podría generar cierta inestabilidad y muchas veces nos corresponde jugar un papel como garante. En el extranjero nos preguntan: ‘¿Cómo está la situación en México?’, entonces, nos toca vender lo mejor posible las capacidades del país. Nos toca ayudar, facilitar, explorar ante entidades internacionales como la Agencia Espacial Europea, donde buscamos que haya cierta confianza en México, y tratar de brindar el empuje y soporte que las empresas mexicanas requieren”, afirma.

“Hay que considerar que ante el nearshoring la carrera espacial se fortalece”.

Esto se suma a las características del sector en México, su cercanía con Estados Unidos y los recursos espaciales que posee, y que podrían ser fundamentales en la próxima fase de la exploración espacial. Estas ventajas posicionan a México como un actor clave en el panorama aeroespacial global.

Dentro de este contexto, la FEMIA juega un papel importante. La organización se centra en fomentar la colaboración entre los sectores público y privado, así como en la promoción de la investigación y el desarrollo para impulsar la innovación en el sector. “Hoy somos el brazo de promoción del sector aeroespacial en México”, asegura Robles. 

La ética

Para FEMIA la ética es un pilar fundamental; la federación trabaja con transparencia en todas sus operaciones, incluyendo la gestión de fondos provenientes de gobiernos y la representación del país en eventos internacionales.

Una de las fortalezas de FEMIA radica en su capacidad de colaborar con entidades de todo el mundo. La asociación tiene acuerdos con importantes organismos globales como Groupement des industries françaises aéronautiques et spatiales (GIFAS) en Francia; Bundesverband der Deutschen Industrie (BDI) en Alemania; Aerospace Industries Association (AIA) en Estados Unidos, y la International Airlines Crew (IAC) en Canadá. Es así como FEMIA logró, incluso en tiempos de pandemia, asegurar que el sector aeroespacial fuera considerado esencial, permitiendo la continuidad de las operaciones. 

FEMIA también juega un papel crucial como mentor para asociaciones más jóvenes o mercados emergentes. Entidades como la colombiana F-AIR, han recurrido a FEMIA para orientación durante sus fases iniciales de desarrollo. FEMIA es parte integral de la Asociación Internacional de Asociaciones Aeroespaciales con sede en Montreal, donde contribuye activamente en discusiones sobre regulaciones de seguridad, particularmente en temas emergentes como drones y vehículos no tripulados.

“Hoy somos el brazo de promoción del sector aeroespacial en México”.

Carlos Robles enfatiza que el éxito de la federación radica en su habilidad para colaborar y ser reconocida a nivel internacional, así como en la mejora continua del sector aeroespacial mexicano. Su compromiso ético y su capacidad para colaborar a nivel mundial, son los factores que han permitido que esta asociación se distinga y prospere en un mercado altamente competitivo.

“Hoy en día tenemos más de 130 miembros, de los cuales hay empresas grandísimas transnacionales y hay pymes, así como empresas familiares de capital mexicano”, señala.

Como complemento de FEMIA, existe un organismo que impulsa la educación y la innovación en México: el Consejo Mexicano para la Educación Aeroespacial (COMEA), que agrupa a las universidades que comparten una misión: alimentar la demanda creciente de la industria aeroespacial, adaptando programas educativos para las necesidades del sector.

“Trabajamos ligados a ellos porque es la única manera de contar con programas adecuados que atiendan las necesidades de la industria”, señala Robles.

Transición de proveedores

Uno de los desafíos más apremiantes se encuentra en la cadena de proveedores. Aunque numerosas empresas buscan integrarse en el sector aeroespacial, la falta de competencias y entendimiento del mismo es evidente. Además, en FEMIA también hacen aportaciones en los procesos internos de los proveedores que lo solicitan.

“Nos toca conocer muy bien las capacidades que tienen los proveedores, así como acompañar, dar un poco de coaching y establecer la relación entre comprador y vendedor”, asegura.

La industria automotriz, por ejemplo, está experimentando una transformación radical debido a la transición hacia motores eléctricos. Muchas compañías se encuentran en una encrucijada ante la necesidad de diversificar su enfoque y encontrar nuevos mercados. Es aquí donde COMEA interviene guiando a estas firmas en su transición.

“Existen empresas automotrices que se dan cuenta de que ya no van a vender los productos que vendían y ahora están buscando dar el salto hacia el sector aeroespacial. En ese sentido, nos corresponde acompañar y asesorarlos, ya que al inicio pueden decir: ‘Esto es muy complicado, no lo puedo hacer, no me interesa hacerlo, el retorno de inversión es larguísimo’”, comparte Robles.

“La apertura de nuevas empresas y la expansión de las existentes son esenciales”.

Parte de la labor de COMEA es desmitificar estas percepciones, así como acompañar, orientar y facilitar la transición de otras industrias hacia el sector aeroespacial, convirtiéndose en una misión esencial.

México tiene la posibilidad de convertirse en un líder en la industria aeroespacial, crear empleos mejor remunerados y establecerse firmemente en la cadena de suministro global. El país se encuentra en el umbral de una era emocionante y prometedora para esta industria. 

“Tenemos muchas ventajas; nos corresponde a las empresas, a los gobiernos y a las entidades académicas aprovechar las oportunidades de crecimiento del sector. Podemos tener empleos mejor remunerados, las empresas pueden seguir creciendo, podemos atraer nuevas empresas al país y lograr contratos en la cadena de proveedores que nos coloquen en un mejor nivel dentro del panorama aeroespacial global”, concluye Robles.

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