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Cuando se expone al calor, el chocolate se derrite en segundos. Pero el cambio climático es una mayor amenaza para la producción de cacao, lo que hace peligrar a nuestro dulce favorito.

Se acercan las fiestas, y para muchos es sinónimo de uno de los regalos más dulces de la vida: el chocolate. Es una de las formas de expresar nuestros sentimientos y regalarnos un momento de alegría.

Sin embargo, la grandes ventas y los supermercados bien abastecidos no dejan ver los problemas que enfrenta la producción de cacao. Cada vez preocupa más si los productores, que están en primera línea de la crisis climática, pueden seguir satisfaciendo la elevada demanda, y al mismo tiempo, mantener sus medios de vida.

En África Occidental, que suministra el 70 por ciento del cacao mundial, casi dos millones de pequeños agricultores dependen de este cultivo delicado y laborioso como única fuente de ingresos.

“Más del 90 por ciento de los agricultores están experimentando los efectos del cambio climático en sus fincas”.

– Michael Gidney

En este lugar, el aumento de las temperaturas, que a su vez afecta a la humedad y las precipitaciones, disminuye la capacidad del cacao. El cambio climático también es responsable de plagas y enfermedades que en ciertos casos han reducido el rendimiento de los cultivos hasta en un 50 por ciento.

Los meteorólogos han pronosticado que casi un tercio de la producción mundial de cacao podría desaparecer en 2050 debido al aumento de las temperaturas.

Pero, según el informe “Endangered Aisle 2023″ (Pasillo en peligro de extinción 2023) de la Fundación Fairtrade, no sólo el cacao se está viendo afectado negativamente por el cambio climático. Los productores de té, plátano y café de los países en desarrollo han denunciado problemas similares que, según el informe, podrían hacer insostenibles estos alimentos básicos en unas décadas.

Los expertos en clima y agricultura han insinuado que las tierras aptas para el cultivo del café podrían reducirse a la mitad de aquí a 2050.

“Como parte del proyecto FairVoice de Fairtrade, hemos llevado a cabo recientemente un estudio de los productores de café en Kenia que muestra que más del 90 por ciento de los agricultores están experimentando los efectos del cambio climático”, explica Michael Gidney, director general de la Fundación Fairtrade.

Las imágenes por satélite analizadas por los investigadores han confirmado la destrucción a gran escala de bosques protegidos en África Occidental, concentrada sobre todo en Ghana y Costa de Marfil. En estas zonas se encuentran plantaciones de cacao. Lamentablemente, estos cultivos se han convertido en una víctima de las implacables fuerzas del cambio climático.

Propósito y beneficio

Para comprender mejor la situación actual, The CEO Magazine habló con Kristy Leissle, llamada ‘Doc of Choc’ o doctora del chocolate, y fundadora y directora general de African Cocoa Marketplace.

Leissle señala que los impredecibles patrones de precipitaciones provocan estrés en los árboles de cacao, lo que según ella, los hace vulnerables a enfermedades y plagas, además de repercutir en su rendimiento.

“En el sector del cacao, las predicciones para esta próxima temporada apuntan de nuevo a un déficit de oferta, mayor que el de las dos anteriores. Aunque un precio alto parece una buena noticia para los agricultores, se debe a que la oferta está amenazada, lo que significa que los agricultores tienen menos cacao que vender. El impacto del cambio climático es real y está ocurriendo ahora”, señala.

Aunque Leissle no predice un éxodo masivo del cultivo del cacao a corto plazo, explica cómo el cambio climático no ha hecho sino agravar el problema de la pobreza y la desigualdad de los pequeños agricultores de cacao. Sus reflexiones se basan en casi dos décadas de trabajo de campo con productores.

“Si los agricultores no ven esperanza de futuro en el cacao, harán lo que tengan que hacer para mantener comida en la mesa y un techo para su familia. Necesitamos un crecimiento exponencial del precio pagado a los agricultores”, comparte.

“Si bien un precio alto parece una buena noticia para los agricultores, se debe a que la oferta está amenazada, lo que significa que los agricultores tienen menos cacao para vender”.

– Kristy Leissle

Un ajuste financiero adecuado es también un factor clave para garantizar el futuro de una industria que debe ser atractiva para las generaciones más jóvenes.

Pero, ¿al aumentar la cantidad que pagamos por el chocolate el problema se solucionará?

Por desgracia, un precio más alto pagado por el consumidor no equivale necesariamente a una vida mejor para quienes se encuentran en el punto vulnerable de esta cadena de suministro.

“La mayoría de las veces, los elevados precios de las tabletas de chocolate reflejan la complejidad de la cadena de suministro y el proceso de fabricación, así como los costos de envasado, comercialización y venta al por menor”, afirma Leissle.

Una crisis casi siempre exige estrategias de adaptación, y éste es precisamente el enfoque necesario para abordar la crisis del cacao.

“A menos que las empresas paguen ahora precios justos para apoyar a los productores que se adaptan a la crisis climática, nuestros alimentos favoritos estarán más amenazados en el futuro. Existe el riesgo de que estos productos se conviertan en un lujo en lugar de un capricho cotidiano, si las cosas siguen como están y la crisis climática empeora. El sistema está al borde de la ruptura. Está en juego el futuro del sustento de los agricultores y de nuestros alimentos”, indica.

Para muchos de estos agricultores, las oportunidades y los recursos locales no son abundantes, por lo que las estrategias de adaptación requieren de una intervención mayor. Como indica Leissle, se trata de personas que se han aferrado a su oficio durante años a pesar de lo precario que es.

“No es tan sencillo diversificar o cambiar lo que se hace para obtener ingresos. En primer lugar, hay muy pocas oportunidades de empleo en las zonas rurales, donde se cultiva la mayor parte del café y el cacao del mundo. Algunas cooperativas de Comercio Justo utilizan la Prima de Comercio Justo que reciben para invertir en la búsqueda de nuevas formas de obtener ingresos, que es cada vez más un componente clave de los programas climáticos”, comparte.

Si los consumidores quieren realmente marcar la diferencia, Gidney les aconseja que inviertan en productos de comercio justo.

“A menos que las empresas paguen precios justos ahora para ayudar a los productores a adaptarse a la crisis climática, nuestros alimentos favoritos estarán en mayor peligro en el futuro”.

– Michael Gidney

“Fairtrade se asocia con agricultores y empresas por igual para hacer frente a las crisis a las que se enfrentan los agricultores. Lo hacemos de muchas maneras, entre ellas haciendo campaña por ingresos más justos y formando a los productores de café y cacao para que luchen contra la emergencia climática y adopten métodos de cultivo más ecológicos y sostenibles”, comenta.

El gigante chocolatero Mars, con sede en Estados Unidos, ha respondido a la crisis asociándose con Fairtrade y ECOOKIM para lograr ‘ingresos dignos’ para las comunidades productoras de cacao, mientras que el Programa Agrícola de Lindt & Sprüngli afirma apoyar a los agricultores de cacao mediante la diversificación de ingresos.

Reconsiderar el chocolate

La empresaria Ahrum Pak cambió su carrera en banca de inversión por la co-fundación de una empresa de tecnología alimentaria con el experto en fermentación Johnny Drain. De su pasión compartida por la fermentación y por preparar sus alimentos favoritos para el futuro, nació un producto totalmente nuevo: el chocolate sin cacao.

“La categoría alt-choc es nueva, pero crece rápidamente. Lo interesante es que todas las startups de nuestro espacio utilizan distintos enfoques tecnológicos. Gracias al poder de la fermentación, podemos transformar plantas sencillas como cereales y legumbres en deliciosos chocolates”, afirma Pak.

“Altas temperaturas, la reducción e irregularidad de las precipitaciones y las plagas y enfermedades son  algunos de los factores que están poniendo en peligro los cultivos de cacao”.

– Ahrum Pak

Desde el lanzamiento de WNWN Food Labs en 2021, los proveedores de la startup incluyen panaderías, grupos de confitería y empresas de bienes de consumo de rápida rotación, y muy pronto los consumidores podrán disfrutar de su primera muestra de la confitería del futuro.

Para Pak, el cacao es profundamente problemático en múltiples frentes. Indica que la nueva legislación de la Unión Europea va a plantear serios interrogantes en la cadena de suministro. La nueva ley garantiza que las empresas que venden productos en la zona no estén vinculadas a la deforestación, incluidos el cacao y el café.

“Sencillamente, no podemos seguir produciendo como lo hacemos debido al impacto del cambio climático. El aumento de las temperaturas, la reducción e irregularidad de las precipitaciones y la creciente susceptibilidad a plagas y enfermedades son sólo algunos de los factores que ponen en peligro los cultivos de cacao“, dice Pak.

Prepararse para el futuro

Con tanto en juego, ¿podrán los consumidores seguir disfrutando del chocolate?

“Creo que el cacao y el café ‘cultivados a mano’ se convertirán y deberían convertirse en lujos”, afirma Beth Kimmerle, historiadora del dulce, autora y propietaria del negocio Attribute Analytics. “Son cultivos que dependen en gran medida de los humanos y de la naturaleza”, comparte.

Kimmerle cree que los empresarios que voltean a ver las alternativas sostenibles, se encuentran en una posición favorable.

“Las soluciones más interesantes en el sector del café, son las de las empresas que convierten residuos reciclados o productos alimentarios infravalorados como cáscaras y huesos de frutas, en alternativas. Hace poco probé con los fundadores de Atomo un café sin grano recién hecho y me quedé encantada”, indica.

“Las comunidades agrícolas en los países de bajos ingresos se están viendo afectadas de manera desproporcionada por la crisis climática, a pesar de haber hecho lo mínimo para causarla”.

– Michael Gidney

También hay esperanzas, dice Kimmerle, de que la ciencia pueda ofrecer una solución viable con variedades de cacao resistentes a la sequía y a las enfermedades.

“Los investigadores están trabajando en tipos de café y variedades de cacao que ofrezcan rendimiento, resistencia a las enfermedades y puedan prosperar en climas más cálidos y secos, por lo que requerirán menos agua”, afirma.

Aunque el impacto del cambio climático es inevitable, la forma en que respondemos no lo es. Algunos podrán sumarse a las estrategias de cambio, mientras que otros perderán su medio de vida si no reciben ayuda.

Gidney nos ayuda reflexionar.

“Las comunidades agrícolas de los países de bajos recursos son desproporcionadamente afectadas por la crisis climática, a pesar de haber sido las que menos han contribuido a provocarla”, concluye.

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